Modelo de suscripción, librería, plataforma en la nube, selección y recomendación de libros, videoclub, red social de lectores, y contenidos adicionales enriquecidos.
Éstas son a grandes rasgos las características de Booquo, la nueva plataforma de ocio y cultura creada por Círculo de Lectores, de quien ha heredado una marcada vocación de servicio al lector.
Booquo tiene dos caras. Para los visitantes ocasionales, es una librería abierta, con una amplia oferta de libros (más de 10.000) y de alquiler de películas en streaming (a través de Filmin). El acceso es global, abierto a todos los usuarios y sin compromiso de permanencia, pero nada más pueden comprar en ella los residentes en España (de momento). Puro e-commerce, pero con el atractivo de dar acceso abierto a una comunidad, una red social de lectores en la que hallar recomendaciones.
Esta tienda tiene una zona VIP, la zona Premium, a la que se accede pagando una cuota mensual de 9,90 euros. El modelo de suscripción con acceso a lectura a través de la nube llegó al mercado editorial a través de 24Symbols, a quien hay que agradecer no sólo la iniciativa pionera sino el esfuerzo que han hecho por que este nuevo modelo empiece a sonar a los editores más como oportunidad y menos como una amenaza.
Los responsables de Booquio remarcan que la novedad de su plataforma reside en que a este modelo de suscripción se le suma una comunidad de lectores. Pero yo creo que la novedad del modelo Premium que deberían subrayar es algo que nombran de pasada en su presentación: selección de contenido de calidad.
La zona Premium, al margen del acceso a la lectura en la nube de los libros elegidos, da acceso a dos servicios: una Biblioteca de títulos seleccionados por el personal de Círculo (“títulos de actualidad, bibliotecas de autor y las mejores revistas del mercado”) y siete Canales temáticos dirigidos por expertos en los que se encontrarán además textos especializados (“contenidos adicionales, revista especializada por canal, actividades con autores y expertos, selección de ebooks de las grandes novedades”).
Estos son los dos elementos diferenciales de Booquo, los que deberían potenciar y los que harán que valga la pena pagar la suscripción: calidad y servicio. Las ventajas de contar con un gran fondo de contenidos sumadas a la acción seleccionadora y prescriptora de los «libreros» de Círculo.
Selección y prescripción especializadas es precisamente lo que escasea en las grandes plataformas de venta de libros digitales: ofrecen tal abundancia de contenidos que han agudizado aún más el viejo daño colateral de la sobreproducción editorial, la «descubribilidad» de los libros. Los algoritmos de recomendación no son suficientes, la categorización de los libros —basada en los metadatos que ofrecen los editores— no siempre es acertada, y encontrar textos que se ajusten a tus intereses en ese marasmo de contenidos acaba siendo desalentador. Si Booquo presta un buen servicio a los lectores, si persevera en ofrecer selección y calidad, podrá convertirse en su librero de cabecera y presentar en una alternativa a los grandes: ahí debería estar su desafío, a margen del modelo de suscripción, que creo que también será un acierto (para los que invertimos mucho en libros, leer sin límite por 9,90 al mes es muy goloso).
En cuanto a la relación con los editores y a cómo se acuerda la contraprestación con ellos (recordemos que es un modelo de suscripción y no de venta), me dice Mariana Féged, directora del proyecto, que:
La negociación va editorial por editorial. El acuerdo siempre es un revenue share (igual que los modelos de spotify y otros de suscripción).
Y tras los elogios, una crítica:
Echo de menos información bibliográfica del libro, imprescindible para la compra. Sólo se muestran la cubierta, el título y el autor, pero se obvian informaciones fundamentales como la editorial, el año de publicación y el traductor.
En el caso de los títulos reeditados, algo muy habitual en los clásicos y en los libros de dominio público, saber quién edita, cuándo y quién traduce es lo que determina la compra y la lectura, y en Booquo no se encuentra ni rastro de esta información, algo a lo que habría que poner remedio cuando antes.
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ef dice
Ya veremos si a Booquo le puede ir bien (tengo serias dudas), pero deberías explicar el modelo de pago a los proveedores de contenidos, totalmente insostenible.
Arantxa Mellado dice
Como digo en el artículo, pregunté a Mariana Féged por el modelo de pago a proveedores de contenidos y no obtuve respuesta. Quizá tú podrías arrojar luz en ese aspecto.