“La autoedición empieza a consolidarse como competencia para los editores tradicionales.” Esta conclusión, que titulaba y argumentaba en mi último post, propició ayer domingo un interesantísimo debate en Twitter. Los domingos por la mañana tengo terminantemente prohibido acercarme a un radio de dos metros de una pantalla, así que no pude participar (y cómo me hubiera gustado). Intervenir ahora no tendría sentido, por lo que he optado por exponer mis opiniones en este nuevo artículo. [Aprovecho para admitir, sobre todo de cara a Julieta Lionetti, que es a quien contradigo, que juego con la ventaja que me da no estar limitada por 120 caracteres.]
@JulietaLionetti, directora de Relaciones Editoriales en 24Symbols, comenzó el debate afirmando que la autoedición no es competencia para las editoriales porque “de momento son dos mercados” con “lectores diferentes”, “fuera del statu quo”, y concluía que “la autoedición no quita mercado tradicional, ha creado uno nuevo”. A lo que respondía con mucho sentido común @Bernat Ruiz, Director de Producto en Røter, poniendo en duda que la autoedición hubiera creado nuevos lectores. Como bien dice Bernat, es difícil de creer que los libros autoeditados hayan llevado a la lectura a nuevos lectores, a tantos como para crear un nuevo mercado millonario. Recordemos las cifras que da Nielsen sobre la autopublicación en el Reino Unido:
El 5% del total de libros vendidos en 2014 fueron auteditados (papel y digital)[1]. Esto se tradujo en unos ingresos de 58 millones de libras y 17 millones de unidades vendidas. Desde el punto de vista de la edición digital, las ventas de ebooks autoeditados supusieron el 15% del total. En el primer trimestre de 2015 subieron al 16%.
No niego la posibilidad de que haya un pequeño porcentaje de nuevos compradores de libros, pero me cuesta creer que los autores independientes hayan encontrado lo que los gobiernos y la industria llevan décadas buscando: la clave del fomento de la lectura. No hay en los independientes géneros nuevos, ni formatos novedosos, ni siquiera una mayor calidad en la escritura. Tampoco se destacan por sus cubiertas ni por los temas de sus obras. ¿Qué distingue las obras románticas de las autoras independientes de las que publica, por ejemplo, Harlequin? ¿Hay algo en ellas que promueva la lectura entre las no lectoras? Quitando el cuidado de la edición y la selección, la única diferencia entre los libros autoeditados y los publicados por editores es el bajo precio, y no siempre. ¿Y es el precio un argumento para empezar a leer si nunca se ha leído o se ha leído poco? Lo dudo mucho. Además, “el 23% de los compradores británicos de libros no se dieron cuenta de que la novela que habían adquirido estaba autopublicada”. Casi un cuarto de los compradores no sabía de dónde procedía el libro que compraron. Éste es el punto de inflexión: a la gente le importa lo que lee, no quién lo ha publicado. Y aquí radica el principal peligro para los editores, que su trabajo no sea valorado por los lectores. A las cifras me remito de nuevo:
Al 53% de los lectores no les importa que una obra esté autopublicada.
El 80% de los consumidores creen que los ebooks autoeditados “están igual de bien escritos que los demás [los publicados por editoriales] ebooks” y que “los nuevos autores conseguirán más ingresos por esta vía”.
Así pues, desde el punto de vista del comprador, me reafirmo en que la autoedición sí es un nuevo competidor para los editores y en que estos van a tener que reaccionar reforzando su imagen de marca y haciendo sus libros visibles mediante, entre otros medios, una gestión impecable de los metadatos.
En lo que no estoy de acuerdo con Bernat Ruiz es en su afirmación de que la edición tradicional y la independiente son “mercados paralelos”.
Si por «mercados paralelos» entendemos que los libros autopublicados tiene un público diferente, ha quedado argumentado que esto no siempre es así. Son mercados que tienen un punto de intersección cada vez más amplio. Y no hemos de olvidar que los canales de venta son los mismos en ambos casos, y que la mayoría de la librerías on line no hacen diferenciaciones entre unos y otros a la hora de ofrecerlos a los lectores.
Siguiendo con el debate, éste se puso aún más interesante cuando @RogerDomingo aportó un nuevo punto de vista: el del autor.
Según Roger Domingo, editor de la división de libros de empresa del Grupo Planeta, la autoedición les está quitando mercado a los editores tradicionales, es decir, ha empezado a competir con ellos, desde el momento en que hay autores que prefieren autopublicarse a ser publicados por un editor, ni siquiera cuando éste les ofrece un adelanto.
Roger equiparó a los autores independientes con editoriales, puesto que les hacen la misma competencia. Una premisa con la que no estaban de acuerdo ni Bernat Ruiz ni Julieta Lionetti.
En mi opinión, que ya expuse en el post que originó este debate, la cuestión no está en la equiparación autor/editorial (aunque recordemos que el ISBN llama a los independientes «autores-editores»), sino en la suma de todos estos autores-editores, que como grupo sí presentan una competencia cada vez mayor. En todo caso, estoy de acuerdo con todos ellos en que necesitamos mucho más tiempo y más debate para tratar el tema con la profundidad que requiere. Y que son necesarios muchos más datos.
Gracias, Julieta, Bernat, Roger y Borja Adsuara por proponer y desarrollar un debate tan apasionante.
D.W. Nichols dice
Sí somos competencia, no individualmente, pero sí como colectivo. Y más cuando los auto editados hemos empezado a tener mucho más cuidado y mimo a la hora de publicar nuestras obras, que una editorial: portadas originales, corrección profesional, maquetación profesional… tanto en las ediciones digitales como en las de papel. Creo que a día de hoy, en muchos casos, sobre todo en los autores que hemos decidido auto publicarnos no como último recurso, sino porque no queremos saber nada de las editoriales, nuestras obras están mucho más cuidadas (sobre todo en la romántica, que es el género que yo escribo).
Arantxa Mellado dice
No se puede generalizar. Ni todos los autores independientes publican con calidad y cuidados ni todos los editores lo hacen mal.
Benjamín Recacha García dice
Muy interesante. Voy a aportar mi punto de vista como autor independiente. Por una parte creo que sí «creamos» nuevos lectores, aunque todos los que pretendemos hacer carrera esperamos que representen un pequeño porcentaje del total. Me explico. Los primeros lectores de cualquier autor autopublicado provienen de su entorno inmediato (familia y amigos), que no necesariamente tienen que ser todos lectores habituales. Luego llegan otros lectores que en buena parte son contactos de este círculo inmediato. También ahí es probable que un porcentaje significativo no lea de forma habitual, o sí; lo que quiero decir es que entre esos primeros lectores hay quienes te leen por la relación de cercanía.
Ahora bien, lo ideal es que la red de lectores se extienda entre los que sí leen con frecuencia. Y estoy muy de acuerdo con que, cada vez más, los consumidores de libros tienen menos prejuicios respecto a la autoedición (eso, al menos, es lo que percibo en mi caso). Es evidente que somos competencia del mercado tradicional. Si lo miramos de forma individual, se trata de una competencia muy débil, casi anecdótica, pero en conjunto los libros autoeditados representan un trozo creciente del pastel. Y será así en la medida en que los «indies» publiquemos con calidad, cuidando al máximo todos los aspectos de la edición, como lo hacen los editores verdaderamente profesionales.
Saludos.
Arantxa Mellado dice
Gracias por tu aportación, Benjamín.
Estoy de acuerdo contigo en que publicar con calidad debería ser una de las aspiraciones de todos los autores independientes, al menos de aquellos que quieran llegar a ser profesionales o «semi profesionales». Sin embargo, esto implica ciertos conocimientos sobre lo que es «calidad» en edición y cómo se consigue, y, si se dispone de ellos, una inversión en la ayuda de profesionales; por ejemplo, un corrector de estilo que pula la gramática.
Tanto la falta de conocimientos como la de medios económicos son dos impedimentos graves para que las obras de los autores noveles lleguen a los lectores en buenas condiciones, y mientras no haya calidad en la edición independiente será difícil ganarse el respeto de la industria y de los lectores más exigentes.
Pepe veres dice
Vamos a darle un enfoque de silogismo, a ver si convencemos a Julieta Lionetti. Supongamos que todos los lectores de España dedican a su afición lectora un número de horas igual a 100 (primera premisa del silogismo). Y este dato se mantiene inalterable por el formato; es decir, leer una obra autopublicada o de una editorial establecida no va a aumentar este número de horas que todos los lectores de España dedican a leer (segunda premisa del silogismo). Entonces, si entran nuevos formatos, como están haciendo (Kindle reconoce que el 40% de sus ingresos ahora provienen de autores autoeditados que antes no estaban) y las horas se mantienen inalterables, necesariamente los formatos de autoedición y convencional están compitiendo, y lo hacen duramente.
Gracias por el espacio para compartir y muchas gracias Arantxa por el interesante debate abierto.
Arantxa Mellado dice
Muchas gracias por ese enfoque matemático, Pepe. Creo que queda muy claro
Pauline dice
La verdad es que algo cambió. Diría que la auto edición es el futuro pero creo que ya llego tarde. Desde que yo misma me propuse convertirme en escritora/editora/correctora/promotora/maquetadora, he descubierto que puede que con trabajo, buen gusto y calidad puede uno mismo ser su propia editorial, con tanto o más éxito que el que se pueda lograr a través de una de las de «toda la vida». Lamento que publicar en ppel sea la peimera opción de la mayoria de los escritores pues doy fe de que con trabajo se pueden conseguir muy buenos resultados y que nuestros libros sean leídos, apreciados y que gocen de buena posición en el podio de las categorías. La única vez en la que me he planteado publicar en papel ha sido para llegar a quienes aún no imaginan la lectura a través de la tecnología. Espero que la idea de encandilar a una editorial pase a un tercer o quinto plano en el futuro, y que el escritor no encuentre barreras para defender aquello que él mismo ha creado, pero con seriedad, ya que pasamos a ser «representantes» de nuestra propia marca/negocio.
Arantxa Mellado dice
Nunca es tarde, Pauline, y menos para intentarlo. Y lo que tú ves como futuro, quizá por los problemas que te has encontrado, ya es presente. Sin embargo, no hay que confundir las posibilidades tecnológicas y logísticas, que permiten a un autor autoeditarse, con una garantía de éxito.
Una vez que el autor ha logrado publicar por su cuenta, se encuentra con los mismos problemas que el editor: ha de llegar al lector y vender libros. Y aquí es donde casi todos los autores suelen encallarse.
Pero no te desanimes, todos los libros tienen sus lectores, seguro que acabas encontrándolos. ¡Suerte!
Pauline dice
Disculpen las faltas. El teclado del móvil me hace zancadillas.
Congreso de la Autoedición dice
Enhorabuena por los artículos sobre la autoedición.
A propósito del mismo nos gustaría informar que los próximos días 24 y 25 de septiembre de 2015 se celebrará en Sevilla el I Congreso de la Autoedición y edición independiente que cuenta con un panel de ponentes de primer nivel.
http://www.autoedicion.org En esta web encontrarán información respecto del Congreso.
Esperamos que sea de vuestro interés.
Saludos
Organización del Congreso de la Autoedición
Pauline dice
No, no te preocupes. Yo encontré mi sector, mi propio nicho de mercado dentro del mundo editorial y de la autopublicación, y llevo más de 30.000 descargas de pago y gratuítas en 6 meses. No está nada mal y animo a todos los que lo deseen a emprender este camino, que aunque no es fácil, si escoges bien puede darte lucrativas y maravillosas sorpresas.
Sinjania · Taller de Escritura dice
Aunque el hilo es un tanto antiguo, me gustaría ofrecer un punto de vista.
Nosotros nos dedicamos a los cursos de escritura y formación para escritores, por lo que vemos todos los días cómo autores independientes, o noveles, se esfuerzan por mejorar sus textos. Esto quiere decir que, si en algún momento el nivel de los nuevos escritores fue inferior al de los escritores «tradicionales» seleccionados por una editorial (un tema que sería objeto de debate…), desde luego ahora no tienen casi nada que envidiar.
Otra cuestión diferente es la de la preparación de los manuscritos y las ediciones que se publican en las plataformas de autoedición. También es algo que va cambiando con el tiempo, y nosotros vemos a muchos alumnos prestando una especial atención a los detalles que constituyen una buena edición (corrección, lectura, etc.), incluso contratando servicios de profesionales freelance para que les ayuden con el proceso.
Creemos que el papel de los editores tradicionales es importante, pero que hay que plantear los nuevos retos con amplitud de miras, sin culpabilizar ni demonizar a nadie.
Saludos.
Silvia Zuleta Romano dice
Me quedo con esta frase demoledora.
«Al 53% de los lectores no les importa que una obra esté autopublicada.»
Digamos que el prejuicio hacia el libro auto publicado viene de los libreros no de los lectores.
Nuestro principal problema como autores independientes es llegar a la librería, mientras no podamos hacerlo estamos en manos de las editoriales.
Interesante articulo. Gracias.