Hace poco encontramos en la publicación virtual The Wilson Quarterly un artículo titulado «McCulture» en el que Aviya Kushner hace algunas observaciones con respecto al interés que suscita en los Estados Unidos aquello que viene del extranjero. A partir de su propia experiencia Kushner afirma que la actitud de los estadounidenses frente a lo extranjero ha cambiado radicalmente a lo largo de los últimos años. Mientras que antes se veía obligada a pedirle a la gente que la llamara por un apodo para ahorrarle la dificultad de tener que decir un nombre inpronunciable cada vez que se dirigiera o se refiriera a ella, hoy en día todo el mundo hace el esfuerzo de llamarla Aviya e incluso hay personas que se interesan por conocer el significado de su nombre.
Con respecto a lo que sucede particularmente en el ámbito de lo literario Kushner afirma lo siguiente:
Aprendí a escribir en inglés lo suficientemente bien para entrar a la universidad. Así mismo lo hizo una generación entera de escritores bilingües que descubrieron que otra lengua resonando en sus oídos era una ventaja sobre la página, una doble riqueza. El inglés es la segunda lengua para un tercio de los 21 escritores de la lista de los Best Young American Novelists que hizo en 2007 la revista Granta.
Aunque el artículo señala que cada vez son más los escritores que escriben en inglés a pesar de que ésta no sea su lengua materna, seguimos preguntándonos qué pasa con la traducción. Al respecto Kushner dice:
Si una colección de cuentos sobre la China escrita en inglés o una memoria sobre el crecimiento de alguien mitad keniano atraen la atención, usted podría pensar que la traducción de una obra de un gran escritor chino o de un buen novelista keniano podría agotarse. Pero lo contrario parece ser cierto. Las traducciones rara vez son bestsellers; en una megalibrería puede ser difícil encontrar libros recientemente traducidos incluso si éstos fueron inmensamente importantes en sus países de origen. Cifras sólidas sobre los libros traducidos que se publican en los Estados Unidos son difíciles de obtener pero en 2007 en un informe de The New York Times sobre el mercado internacional del libro el escritor Jascha Hoffman determinó que menos del 3 % de los libros publicados en los Estados Unidos en 2004 eran traducidos.
Mientras tanto, según el informe de Hoffman —al que ya nos referimos en la entrada «¿Por qué en los Estados Unidos se traduce tan poco?»— el 25 % de los libros publicados en España en 2004 fueron traducciones. En otros países el panorama no es más alentador: en Italia el 22 % y en Corea el 29 %.
La apertura de los estadounidenses frente a lo extranjero en el ámbito de las letras podría ser sólo aparente porque todo indica que está condicionada por el hecho de que los autores escriban en inglés, sobre temas relacionados con el american way of life y desde una perspectiva que le resulte afín al público de los Estados Unidos.
Libros dice
Me gustó la reflexión y el análisis del fenómeno. Va link en mi próximo Lo mejor de la quincena.
ediciona dice
¿Gracias!