Luis Collado, representante en España y Portugal de Google Book Search, hizo doblete en el Liber: primero, participó en la presentación de Read on Time, el nuevo servicio que Publidisa ofrece a los editores para facilitar la venta de publicaciones impresas; dos horas después, debatía en una mesa redonda de sugerente tema: «¿Google versus Europa?», título del libro de Jean-Noël Jeanneney, presentado por Publicacions de la Universitat de Valencia.
En la primera ponencia, Luis Collado expuso el Programa para editoriales de Google Book Search, instando a los editores a perder el miedo a que sus libros sean digitalizados e indexados por el buscador. Sus argumentos, algunos más convincentes que otros, fueron los siguientes:
– Son más de 10.000 editoriales de 35 países las que participan ya en el programa, y se han digitalizado un millón de libros.
– Más usuarios y compradores potenciales pueden conocer la existencia de un libro: El sistema de indexación de las páginas propicia que se obtengan resultados de búsqueda por palabras contenidas en el libro, lo que potencia el descubrimiento de la existencia de éste.
– Los resultados de búsqueda por palabras se ofrecen de forma automatizada y no manipulable: los libros encontrados aparecen por orden de relevancia.
– Para favorecer la venta, los libros se pueden ojear de forma limitada (unas cuantas páginas y de forma aleatoria). Las páginas mostradas no son imprimibles ni descargables, y las imágenes aparecen en baja resolución.
– El contenido del libro está protegido por Copyright.
– La compra del libro se hace siguiendo la política comercial del editor (canal, formato, pvp). El comprador elige el lugar de compra: la web del editor; Casa del Libro y Corte Inglés (según Google, las librerías on line más efectivas); las librerías locales más próximas a su domicilio (enlace con Google Maps), o a través del servicio Read on Time de Publidisa (las editoriales que lo tengan contratado).
A mí no acabó de convencerme, pues sigo viendo más ventajas para Google que para los editores, pero como ninguno de los presentes intervino para denunciarlas, al final de la sesión me pareció oír una vieja cancioncilla escolar: «qué buenos son los Google, qué buenos son que nos llevan de excursión».
Más difícil lo tuvo Luis Collado en la presentación de Google desafía a Europa El mito del conocimiento universal, de Jean-Noël Jeanneney, el libro que presentaba Luis Furió, director de Publicacions de la Universitat de Valencia.
Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, no disimuló en ningún momento su aversión por el programa de Google Libros. Aludió a la prepotencia del buscador, recordando los problemas legales de Google por supuesta apropiación de propiedad intelectual; restó importancia a lo que Collado llamó «democratización del saber» alegando que mejor sería invertir en la mejora de las bibliotecas, e insistió en que gracias a los fondos aportados por los editores, Google se lleva la parte del león, los ingresos por publicidad, de los que el editor no ve nada.
Dolors Lamarca, directora de la Biblioteca de Catalunya, que había intervenido previamente para explicar la colaboración entre la institución que representa y Google, poco pudo hacer para echar un cable a Collado, que se defendió diciendo que se han salvado ya los problemas legales y que no se digitaliza ningún libro que no sea de derecho público (en el caso de las bibliotecas) o sin permiso del editor, que es quien decide cuáles de sus obras se muestran en el buscador.
Me dio la sensación de que el señor Ávila, pese a tener muy buenas razones para dudar de la bondad de Google Libros, no conoce lo suficiente la dinámica de funcionamiento del buscador, lo que en algunos momentos dio a sus argumentos un aire decimonónico del que tendrían que huir los editores como de la peste.
Sea como sea, la polémica está abierta.
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