Era cuestión de tiempo y, según algunos, de caradura, pero ya ha salido la primera novela creada por un programa informático: Amor verdadero.
Lo triste es que la promotora de la iniciativa es una editorial rusa, Astrel-SPb. Triste, sí, porque las razones que expone su director, Alexánder Prokopóvich, son las que siguen:
– La editorial se evita pagar derechos de autor. A pesar de que el programa PC Writer 2008 ha requerido de ocho meses de trabajo para su desarrollo, «su precio es la mitad de lo que hubiésemos tenido que pagar a un autor de vanguardia por escribir algo parecido». No sé si los autores rusos de vanguardia cobran adelantos millonarios o si los programadores rusos trabajan por miseria, pero esa afirmación, en escenario español, no cuadra.
– El ordenador siempre entrega en los plazos acordados (tres días) y no tiene crisis de inspiración ni síndrome de página en blanco.
Caradura también, porque el tal Prokopóvich reconoce que:
– Se han utilizado los personajes de Anna Karenina, de Tolstoi.
– Se ha copiado el estilo del escritor japonés Haruki Murakami (evidentemente, el de su traducción al ruso).
– Se han incluido elementos de diecisite obras literarias de autores rusos y extranjeros de los siglos XIX y XX.
– Ha sido necesario que alguien de carne y hueso introdujera descripciones detalladas, físicas y psicológicas, de todos los personajes, además de indicar cómo tenía que desarrollarse la trama la estructura de la narración y el desenlace.
– El resultado final tuvo que pasar por las manos de un editor que realizó «un trabajo de corrección como el que se lleva a cabo habitualmente con el texto de un autor, ni más ni menos».
En cuanto al argumento, «la acción se desarrolla en nuestros días […]. Los protagonistas se encuentran de repente en una isla desierta y todos padecen amnesia. Nadie sabe quién es su pareja y qué tipo de relación tuvieron antes de llegar allí. Así surge una oportunidad nueva de establecer una nueva relación, un amor verdadero», desveló Prokopóvich.
A modo de prueba, el director facilitó al The St. Petersburgo Times unos párrafos de muestra de la novela cuya traducción del inglés copiamos aquí:
«Kitty no pudo dormirse hasta que pasó un buen rato. Tenía los nervios tensos como cuerdas de violín, y ni siquiera la copa de vino que le ofreció Vronsky le sirvió de algo. Tumbada en la cama, repasó mentalmente una y otra vez la monstruosa escena del prado.»
En los medios literarios rusos ya han salido voces que afirman que todo es un montaje y que detrás del pretendido programa hay una figura tan decimonónica como la del «negro» literario.
Tendremos que esperar a febrero para conocer la reacción de los lectores ante las 320 páginas de Amor Verdadero. Por cierto, se empezado a imprimir 10.000 ejemplares que se pondrán a la venta en las librerías rusas, ucranianas e israelíes (?).
Catorc3 dice
Es como el principio del argumento de Galactica, pero en el mundo real. Me encantan este tipo de noticias por la misma razón que de vez en cuando me gusta ver una película de terror. Claudio Magris dijo del doctor Mengele que era la encarnación de «la pacotilla de las tinieblas» (no es una cita perfecta, pero recuerdo ver esa palabra escrita en El Danubio, en relación con Mengele), y a mí estas cosas como que también me parecen de pacotilla. La pacotilla de la copia, de lo burdo, de lo absurdo. La pacotilla de tener la anilla en el dedo y la granada en la otra mano, y no ver motivos para decidirse por una o la otra. Más o menos como pasa cada vez más a menudo, de un tiempo a esta parte, con las dichosas Elecciones Generales.
Cada vez que leo esta noticia me entra la risa.
«Los cylones fueron creados por el hombre.
Evolucionaron.
Se rebelaron.
Hay muchas copias.
Y tienen un plan…»