imagen de www.nycpublishers.org/
Gracias a Egaroa, leemos en el blog 120%Linux un interesante post de Steven sobre la creciente popularización de los ebooks, su ausencia en un encuentro como la Feria del Libro de Madrid, y la inacción de la mayoría de editores y libreros al respecto.
Eso sí, explican que si el día de mañana el libro electrónico se va popularizando se plantearán su inclusión en futuras ediciones de la feria. Y ahí radica, desde mi punto de vista, su gran error: esperar.
Unos pocos usuarios, de perfil bastante tecnológico, somos los primeros en animarnos a comprar uno de estos aparatos. Lo compramos, nos gusta y empezamos a descargar libros para leer. Aquí encontramos el primer y muy importante (para la industria editorial) tropiezo. ¿Dónde descargamos los libros? En América tienen por ejemplo a Amazon (con un catálogo muy importante), pero aquí no hay ninguna librería ni editor que ofrezca la descarga de los libros en formato electrónico. Existe algún que otro intento tímido por acercase al ebook. Pero lo cierto es que no es posible comprar los mismos libros que en Fnac o cualquier librería.
Un poco más tarde llegamos, a través del blog de Seth Godin, al espacio de Jon Dale, consultor en marketing especializado en estrategias social media, quien semanas atrás escribió un post titulado «Cómo salvar la industria editorial».
Dale incide en que cada vez es más común que los libros sean comprados directamente por sus lectores desde sitios como Amazon. Y la opinión del amigo que no escribe en el New York Times, sino para sí mismo, para su blog y su audiencia, es tan valorada como la del periodista especializado. ¿Qué queda? Construir y desarrollar tribus de seguidores online: es ahí donde deben mediar las editoriales.
Creo que los editores están en la posición perfecta para hacerlo (construir redes online) porque están acostumbrados a ser agentes activos ante otros actores del sector, y muchos autores no tienen idea de por dónde empezar.
Cabría preguntarse si los editores, cómodos como están en su conocimiento del clásico funcionamiento del mercado editorial, desean adaptarse a otro entorno y rodearse de equipos especializados en marketing online, comercio electrónico y comunicación 2.0 en general. O es que como sucede con la comercialización de ebooks, ¿están esperando a que otro lo haga primero?
Esta actitud se denomina «quietismo expectante». Si se «espera» mucho, suele dar malos resultados.
Saludos
Hola, Elena,
De acuerdo contigo. Como consumidores, queremos que no se espere demasiado. O estaremos comprándole libros a los operadores de telefonía, a las empresas de electrodomésticos…
y quienes apreciamos un libro, apreciamos también la labor hecha con cariño de un editor. La calidad del contenido, esté en el soporte en el que esté, es un valor siempre diferenciador y explotable.
También recibe otro calificativo: a la parálisis por el análisis