Leíamos hace unas semanas vía El País que un estudio de la empresa TNS sobre los hábitos de compra en el futuro realizado en siete países a principios de este año, indicaba que en menos de diez años pasaremos de realizar la lista de la compra a tener neveras inteligentes que nos alertarán cuando estemos a punto de quedarnos sin leche o huevos para el desayuno. También tendremos escáneres tridimensionales que podrán recomendarnos qué ropa y de qué marcas nos sientan bien sin necesidad de entrar al probador.
¿Cambiará aún más la forma en la que compramos libros? Los habituales a la compra de libros por Internet saben que basta una adquisición para que ciertas webs generen, a partir de dicha elección, una serie de lecturas recomendadas o compradas por otros usuarios. Sin embargo, comprar libros no siempre es un acto en el que el usuario prefiera o se vea en la necesidad de ahorrar tiempo. Navegar en el catálogo de una librería online es siempre práctico y efectivo cuando tenemos una idea clara de lo buscamos. Indagar entre las estanterías de nuestra librería favorita y descubrir un libro que nos captura desde la primera página, es una experiencia completamente distinta.
Como sucede con el debate generado a partir de la popularización del libro digital frente al libro de papel, creemos que no se trata de experiencias de lectura (en este caso, de compra) opuestas, sino capaces de coexistir y de ser complementarias. Vosotros, ¿qué opináis?
Magalí dice
Como mencionáis en la entrada, son dos experiencias complementarias y muy diferentes. Utilizo los catálogos online cuando busco un libro concreto y conocido, o bien referencias sobre ediciones, pero nunca sin antes haber hojeado el libro físicamente. No puede compararse la búsqueda en web con el paseo por la librería, las sorpresas en cada estantería, la novedad que puedes curiosear…
Del mismo modo que no creo que el libro digital desbanque al de papel, dudo mucho que la compra por catálogo sustituya a la «tradicional».