DIEZ PREMISAS FUNDAMENTALES EN LA EDICIÓN DEL SIGLO XXI
La edición, como entidad cultural, tiene (y necesita) un alto componente de pasión, oficio e intuición. Pero, como empresa, precisa de una buena gestión para conseguir una buena cuenta de resultados.
No se puede ser buen/a editor/a sin ser a la vez buen/a empresario/a.
Eso es la EDICIÓN INTELIGENTE.
1. Tener la mente abierta ante los nuevos modelos de negocio
Innovación no es sólo tecnología; también es la adaptación del negocio a las nuevas oportunidades que ofrecen los cambios en el mercado.
La industria del libro suele ser lenta aceptando las novedades, y eso ha conllevado muchas veces la pérdida de ventajas competitivas. Las reticencias ante los modelos de suscripción, el préstamo digital y la distribución de ebooks –por poner algunos ejemplos–, y su aceptación más que tardía, dejaron el campo libre a los grandes grupos y a empresas ajenas al sector, que aprovecharon la ausencia de competencia para hacerse con el mercado.
La sociedad cambia, y la industria del libro ha de seguir el ritmo de sus cambios, aun a riesgo de salir de su zona de confort.
Los últimos ejemplos de innovación de la tradición son los formatos en audio, la impresión bajo demanda 1×1 y los microstocks. Todos implican un cambio de mentalidad imprescindible para salir adelante.
2. Diseñar estructuras empresariales basadas en flujos de trabajo eficientes
La inversión en eficiencia es ahorro futuro, de costes y de tiempo. Y como el tiempo es dinero, la eficiencia en una empresa es un doble ahorro.
Son flujos de trabajo eficientes los que permiten llevar a cabo todos los procesos de la cadena de valor del libro de forma rápida, sin duplicar esfuerzos, minimizando los errores y maximizando los resultados.
Un ejemplo de flujo de trabajo eficiente: Unificar los procesos para todos los formatos del libro, y no repetir tareas gestionando los ebooks en un departamento separado.
3. Digitalizar las empresas para publicar y vender en papel
Al formato papel le quedan aún muchas batallas por librar, y una de ellas es la necesaria transformación digital de la industria editorial.
Como expliqué ampliamente en los dos artículos sobre las Claves de la transformación digital del negocio del libro impreso, la digitalización del sector significa la integración de las nuevas tecnologías dentro de la cadena de valor así como la aplicación de herramientas digitales en el flujo de datos de la cadena de suministro de libro.
Ya hay a disposición de las editoriales, distribuidores y librerías cuatro grupos de herramientas de imprescindible aplicación:
– impresión digital
– identificadores y estándares editoriales para la transmisión de los datos de comercio del libro
– softwares de gestión de metadatos
– sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP- Enterprise Resource Planning), especializados en los negocios editorial y librería respectivamente
Invertir en la integración de herramientas tecnológicas en la empresa y en la formación de las personas para maximizar su utilización garantiza un retorno casi inmediato, sobre todo en forma de ahorro.
4. Crear contenido “inteligente”, preparado para ser ofrecido en diferentes formatos (conocidos y por conocer)
… Y para ser consumido en diferentes dispositivos.
Contenido “inteligente” es aquél que es capaz de convertirse, con mínimo coste e intervención, en diferentes formatos, con diferentes capas de información en función de cada uno de ellos.
Lo habitual es trabajar el contenido en Word y maquetarlo en in Design para producir primero el pdf de imprenta y, a partir de éste, generar un ePub.
Lo eficaz es trabajar el contenido en HTML o XHTML, y a partir de éste generar formatos estáticos (PDF) y dinámicos (ePub).
Trabajando de esta manera, el flujo de trabajo se concentra en la edición y en la producción, sin necesidad de crear divisiones digitales. Y se pueden llevar a cabo actualizaciones del contenido en una única fuente, garantizando la coherencia entre formatos.
5. Dar visibilidad al contenido y facilitar su descubrimiento a través de unos buenos metadatos
En un entorno web de ecommerce, la experiencia física de la librería, la que nos permite tocar y hojear los libros, ha de ser sustituida por imágenes y unidades de información (metadatos).
Cuanto más y mejores sean los metadatos, cuanto más actualizados estén, más llamarán la atención del lector hacia el libro. Y, más importante aún, mejor serán tenidos en cuenta por los algoritmos de los buscadores internos de las librerías y por los motores de búsqueda generalistas (p.ej, Google).
La gestión de los metadatos precisa de inversión en formación de profesionales así como en buenas herramientas digitales especializadas.
Se ha demostrado que unos buenos metadatos aumentan las ventas de libros, por lo que una inversión en formación y tecnología verá su amortización a corto plazo.
6. Tener presencia en todos los canales de venta que sea posible: Omnicanalidad
Las editoriales han de tener sus libros disponibles en todos los formatos existentes y adaptables, allí donde haya un punto de enlace con el lector: librerías físicas y de ecommerce, venta por afiliación, bibliotecas, plataformas de lectura por suscripción…
Cada canal, cada tienda, cada plataforma es un escaparate al mundo.
La omnicanalidad eficiente requiere no sólo toda la variedad de formatos del libro posibles, sino también la aplicación de los estándares e identificadores propios de la industria editorial:
Una editorial que tenga sus metadatos en ONIX y que incluya los identificadores Thema, ISBN, IBIC e ISNI, podrá hacer un único envío sincronizado a todos sus puntos de venta, y no tantos envíos y en tantos archivos como puntos de venta disponga.
7. Incorporar la exportación como un canal más de ventas
La digitalización de los contenidos (ePub, PDF y audio) ha propiciado que la exportación de los libros dependa de un solo clic: el de compra en cualquier librería o plataforma internacional.
También la impresión a demanda 1×1.
Pero vender en otros países significa adaptar los metadatos del libro para que éste pueda ser correctamente clasificado por las librerías y encontrado por los lectores.
De nuevo nos encontramos aquí con el imperativo de tener unos excelentes metadatos, que incluyan los estándares e identificadores propios, así como moneda y derechos territoriales.
8. Crear comunidades de lectores para generar demanda
No importa en qué red social, plataforma o sitio web las creemos; si es online o a través de eventos presenciales; si se trata de una gran comunidad o de pequeños nichos de interés: el mantenimiento de comunidades de lectores afines a la marca editorial o a los autores publicados es esencial para fidelizar las ventas.
Las comunidades permiten la creación de bases de datos de lectores. Y la información sobre los lectores nos facilita comprenderlos, segmentarlos, aportarles más valor, consolidar la marca.
En definitiva, se trata de poner al lector en el centro, de llegar al individuo a través de la colectividad, y establecer con él una relación win-to-win.
9. Formar al personal de las editoriales, distribuidoras y librerías
Lo mejor de las empresas está en las personas que les dan vida, y es imprescindible, necesario e incuestionable ofrecerles la ampliación de sus conocimientos y habilidades para adaptarlos a las nuevas necesidades del negocio.
De nada sirve disponer de las mejores herramientas digitales si no hay una persona capaz de explotar todas sus funcionalidades. Es inútil abrir nuevos modelos nuevos de negocio si no se comprenden todas sus particularidades. O explorar canales de marketing, si no se les saca el máximo rendimiento.
La formación es una de las inversiones más rentables de cualquier empresa.
10. Estar siempre al servicio del lector
Servir al lector debe ser el objetivo de toda la industria editorial, ya sea como productores (editorial) o como intermediarios (distribuidora y librería).
Es el punto más importante del decálogo porque implica llevar a cabo los nueve restantes.
Servir al lector significa ofrecerle contenido bien editado; en todos los formatos existentes (papel, digital y audio); en modelo de compra, préstamo o suscripción; disponible en múltiples canales; para ser leído en cualquier dispositivo, con accesibilidad para las personas con discapacidad visual.
Este artículo fue publicado por primera vez en Actualidad Editorial por Arantxa Mellado con el título Decálogo de la edición inteligente
Increíble post. Un saludo desde México.
Muchas gracias, Víctor
Un saludo