Vía @andreiamoroni llegamos al post de Tipos Digitais en el que se elabora una lista de las siete actividades digitales que todo editor actual debe realizar. Os lo traducimos:
1. Empezar hoy
Eso mismo. Basta de argumentar que el libro electrónico acabará con el libro de papel. Cualquiera que sea el futuro, próximo o lejano, el libro electrónico ya es parte de éste. Por eso, cuanto antes se comience, mejor. Con esto no digo que se cometan locuras y se abandone el negocio de papel. Lo que estoy sugiriendo es que todo editor debe experimentar con el formato digital, preparando sus libros de fondo o publicando alguna obra en formato ebook.2. Evitar contratos de exclusividad muy largos
La verdad es que hoy hay más preguntas que respuestas, más dilemas que soluciones. Por eso mismo, no es recomendable aceptar contratos de exclusividad que vinculen a la empresa por más de dos años. Los cambios son tan rápidos que en 24 meses todo puede ser diferente.3. Repensar los descuentos comerciales
La composición del descuento de un libro digital difiere mucho a la de un libro físico. La eliminación de los costes de impresión, logísticos y de stock tendrá influencia directa no sólo sobre el precio sino en todas las relaciones comerciales de la cadena del libro. El libro digital, por tanto, ofrece la oportunidad de renegociar descuentos y de repensar todo el modelo comercial. Los derechos de autor, por ejemplo, se están moviendo hacia el 20%-25% del precio de venta al público (sin IVA), alejándose del tradicional 10% sobre el precio del editor.4. Centrarse en el futuro
El libro digital permite que un libro sea eterno. Más que eso: los libros descatalogados se pueden recuperar y volver a ser comercializados. Pero todo eso tiene un alto coste. Entre la renegociación de los derechos de autor y la digitalización, existe un valor que aún no ha sido del todo cuantificado para el modelo digital. Mientras tanto, es mucho más práctico, simple y barato garantizar que los nuevos lanzamientos ya estén preparados para el mundo digital. Es decir, que los contratos incluyan la edición digital, que los archivos digitales se hayan creado durante la etapa de maquetación, etc. Salvo honrosas excepciones, los lanzamientos tienen mucho más oportunidad de éxito que los libros descatalogados, sea en papel o en píxeles.5. Mantener la esencia editorial
La revolución digital afecta principalmente a la impresión, la logística y la distribución del libro. El verdadero papel del editor – descubrir, perfeccionar y promover el contenido – se verá afectado sólo de forma marginal. Si un editor siempre se ha centrado en eso, no tiene mucho de qué preocuparse. Si un editor se ha convertido en un «distribuidor» de libros y ha prestado poca atención al proceso editorial, entonces es hora de revisar conceptos.6. Aprovechar la oportunidad digital
Cualquier cambio o revolución tecnológica es una gran oportunidad. Se abren posibilidades para nuevos modelos, nuevas ideas y nuevos negocios: esa es la mejor manera de abordar el futuro digital del libro. La peor manera de enfrentar un cambio es tratar de defenderse, ver sólo el lado negativo de las transformaciones e intentar combatirlas. Igual de malo es entrar en el negocio del libro digital de manera defensiva, sólo para retrasarlo. Esta estrategia es muy arriesgada y, tarde o temprano, un actor que acoja la onda digital superará a quienes la aplican.7. Comprar un ereader
Después de todo, no se puede argumentar sobre lo que no se conoce.
¿Se os ocurre alguna otra actividad digital que los editores actuales deban efectuar?
John Maher dice
Yo añadiría: Hacer que sus libros (en papel o electrónicos) estén al alcance del máximo número de posibles lectores, a nivel nacional e internacional, en canales nuevos y tradicionales, desde la Patagonia hasta China.
Editorial Intangible dice
Yo diría que hay tres más: definir un estándar y contribuir a su difusión. Cualquier industria necesita un estándar sobre el que trabajar si desea hacer un producto universal; no establecer lazos exclusivos con instrumentos de lectura, hay que dar al lector cuantas más posibilidades mejor para que disfrute su libro; preocuparse por editar libros, no por coleccionar derechos.
Pablo ORTELLI dice
Muy buenas esas actividades. Yo agregaría una más, en caso de editoriales chicas y con miedo: esperar un poquito.
Tal como dicen en uno de los comentarios, faltan estandars: hay muchos formatos, distintos tipos de aparatos, y constantes cambios cada pocos meses. En la industria editorial no se estaba acostumbrado a eso. Hace 500 años que se hacían los libros de casi la misma forma (salvo los últimos 50 años). Al ingresar otros jugadores, han cambiado todas las normas y procesos. Seria conveniente cumplir con todos esos pasos, pero esperar a ver que pasa con los estándares. Acaba de salir el nuevo estándar epub 3.0 y hay pocos ereaders que aprovechan toda su potencia. Y cuando salga un PDF para ebooks? seguro que es un nuevo cambio.
Pienso que conviene preparar los nuevos libros con archivos pensados para ebooks también. Cosa que sea mas fácil la conversión posterior. He ir juntando unos cuantos títulos bien formateados antes de salir.
felix toshi dice
He visto que hay muy pocos lectores de libros digintales. Creo que aún hay muchos caminos por andar, dentr4o de ese campo de difusión literaria.
Aun no tengo uno de esos aparatos y no podría dar mayores detalles, pero siento que esa nueva forma de difusión exige del escritor una nueva técnica, tal vez de un nuevoo estilo, diría en la narrativa. Un lenguaje distinto del acostumbrado hasta hoy por las ediciones en papel…
Pero viendo con ojos positivos este nuevo sistema digo que me agradaría conversar o intercambiar ideas con alguno de los editores con el fin de poner un libro en sus manos a manera de ensayo…
attentamente
felix toshi