The French-American Foundation y The Florence Gould Foundation anunciaron recientemente los finalistas de la vigésimo segunda versión de sus premios anuales a la traducción al inglés de obras escritas en francés. Tanto en ficción como en no ficción se premiarán obras traducidas durante 2008. Los ganadores en cada categoría recibirán un premio de 10.000 dólares en una ceremonia que tendrá lugar el próximo 26 de mayo en Nueva York.
Las siguientes son las obras que un jurado conformado por Linda Asher, Tom Bishop, Antoine Compagnon, Linda Coverdale, Richard Howard y Lily Tuck ha declarado finalistas:
Ficción
– Alison Anderson por The Elegance of the Hedgehog, de Muriel Barbery (Europa Editions)– John Cullen por The Only Son, de Stephane Audeguy (Harcourt)– Jody Gladding y Elizabeth Deshays por Small Lives, de Pierre Michon (Archipelago Books)– Douglas Parmée por Afloat, de Guy de Maupassant (New York Review Books)– Julie Rose por Les Misérables, de Victor Hugo (Modern Library)– Roger Whitehouse por The Beast Within, de Emile Zola (Penguin Books)No ficción
– Ryan Bloom por Notebooks 1951-1959, de Albert Camus (Ivan R. Dee)– Matthew Cobb y Malcolmp Debevoise por Life Explained, de Michel Morange (Yale University Press/Odile Jacob)– Janet Lloyd por Comparing the Incomparable, de Marcel Detienne (Stanford University Press)– Jeremy Mercer por Abolition, de Robert Badinter (University Press of New England)– Richard A. Rand por Corpus, de Jean-Luc Nancy (Fordham University Press)
En ocasiones anteriores ya habíamos hecho un par de entradas comentando sobre las quejas de los franceses con respecto a lo poco que se traduce en los Estados Unidos y sobre el Festival of New French Writing que se celebró a finales de febrero pasado en Nueva York.
Además de un gesto amistoso entre dos países que tienen concepciones antagónicas de la manera como debe gestionarse la cultura y que desde hace años luchan por la hegemonía en este campo, este premio constituye un reconocimiento mutuo del aporte que estadounidenses y franceses han hecho a ese patrimonio de la humanidad que son las letras.
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