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Las 10 predicciones para los ebooks y la edición digital en 2014 de DBW
6. Más editores entrarán en el modelo de suscripción mediante acuerdos con Oyster, Scribd y otros servicios similares.
El negocio de suscripción de libros digitales orientado al consumidor y al mercado de masas ha sido durante mucho tiempo un sueño tentador que muchos dieron que nunca se convertiría en una realidad. Expertos en edición predijeron que los temas relacionados con la distribución de los libros y la monetización para los autores, agentes y otros titulares de derechos harían demasiado compleja la posibilidad de que las editoriales vendieran a través de servicios de suscripción.
En 2011, Amazon lanzó su Kindle Owners’ Lending Library (KOLL, “Biblioteca de Préstamo de propietarios Kindle”), que permite a los suscriptores de Amazon Premium que también son dueños de un dispositivo Kindle «pedir prestado» un ebook gratis cada mes, lo que enfureció a muchos editores. Las limitaciones y su catálogo –en su mayoría compuesta por títulos autoeditados– hacen que KOLL se quede un poco corto cuando se trata de ser el Spotify o el Netflix de los ebooks.
Hay, por supuesto, servicios profesionales de suscripción de libros digitales, como Safari y algunos otros, pero tampoco están a la altura de un Netflix o un Spotify para los ebooks.
Y la española 24Symbols, el mayor y más ambicioso intento de llevar la idea adelante durante los últimos años, todavía tiene que ganar impulso para el mercado de masas.
El pasado otoño de 2013, Oyster, eReatah (ahora Entitle) y Scribd lanzaron sendos servicios de suscripción de ebooks viables, dirigidos al consumidor, a un precio mensual bajo y con los catálogos de algunos de los grandes editores.
«Esta es una respuesta estratégica a Amazon», afirma Rhomberg. «Uno o dos más de los cinco grandes podría abrir selectivamente su catálogo de servicios de suscripción por el bien de la creación de canales alternativos a Amazon.»
7. Más editores lanzarán revistas y sitios web para atender los intereses del lector y empezar a vender libros digitales directamente a sus clientes.
Algunas editoriales ya han iniciado este camino. Por nombrar algunos: a principios de 2013, Simon & Schuster lanzó un portal en línea multi-plataforma enfocado a la novela romántica llamado “Hot Bed” (“Cama caliente”); la editorial de verticales Demos Health ha evitado públicamente el marketing tradicional y destinado recursos a un nuevo portal centrado en la salud, y F + W Media está invirtiendo mucho en esta estrategia, como se mencionó anteriormente.
«Los editores van a descubrir que tienen contenido en torno al cual publicar de revistas y sitios web», afirma Shatzkin. Utilizando estos nuevos portales, los editores tratará de persuadir a los lectores para que les compren libros digitales directamente a ellos. F + W Media lo ha hecho durante años. HarperCollins ha lanzado recientemente una serie de webs que están destinadas a atraer a los fans y luego incitarles a comprar libros digitales: una web centrada en el mundo de Narnia ha sido el ejemplo más publicitado.
Según Martínez,
Más editores invertirán en la construcción de listas de clientes y experimentarán con la venta directa. Será importante porque tienen verdaderos problemas para aupar sus listas en su propio sitio en comparación con Amazon.
Los editores que utilicen esta estrategia tendrán que tener cuidado de no canibalizar sus propios rankings en Amazon.
Es posible que algunos editores lleguen tan lejos como para proporcionar a sus clientes sus propias plataformas de lectura, para que lean en ellas sus libros digitales.
Según Joe Esposito, consultor de gestión de medios digitales,
vamos a ver una mayor actividad por parte de muchos editores que, o bien crearán su propia plataforma o bien ofrecerán de aplicaciones de e-lectura de terceros, que les permitan trabajar de una forma más directa a lo que lo hacen hoy.
Esposito apunta al software de lectura de Bluefire, que muchas empresas utilizan ya para alimentar sus propias aplicaciones de lectura.
Vayan a la página web de Bluefire y miren la lista de clientes: siempre está creciendo.
8. Los editores se inclinarán por la toma de decisiones basada en el análisis de datos.
Los datos han sido un tema importante de discusión en el mundo editorial en los últimos años. Durante las décadas que precedieron a la era actual en la edición de libros, las decisiones sobre las adquisiciones, las ventas, la producción, la comercialización y la gestión de derechos fueron tomadas por profesionales experimentados que usaron sus brújulas internas más que los cuadros y las tablas.
Hoy en día, la industria está pasando por una revolución de los datos. A través de los minoristas de libros digitales, las plataformas de social media, las empresas especializadas en el punto de vista del consumidor (consumer insights) y los proveedores específicos, como la App Annie y Iobyte Solutions, los editores tienen acceso a más datos que nunca: los datos sobre las ventas de libros, sobre cómo los lectores leen libros, sobre los propios lectores, y muchos más.
«Los datos serán cada vez más conocidos en el mundo del libro, lo que afectará todos los aspectos de su proceso de publicación», afirma la CEO Sourcebooks Dominique Raccah, que se precia de basar su toma de decisiones en los datos.
Y el conocimiento de los datos impulsará el cambio en todos los eslabones de la cadena de valor de la edición de libros.
Muchísimos editores grandes han creado departamentos de datos bastante complejos y ahora están pasando a integrar el conocimiento de dichos datos a las operaciones diarias.
Dana Bet Weinberg, profesor de sociología en la Universidad de Queens, en Nueva York, que está estudiando los autores y la industria editorial, afirma que
Vamos a ver en el mundo editorial movimientos mayores hacia la toma de decisiones basada en los datos. Muchas de las editoriales están empezando fijarse en la información que tienen a mano y a buscar la manera de aprovecharla. Empezarán a fijarse en autores nuevos y existentes, y a tomar decisiones sobre dónde invertir su presupuesto de marketing. Buscarán nuevos datos, si es que aún no los tienen.
¿Cuál es la mala noticia para los editores que se centrarán más en el uso de los datos en el próximo año?
Hay una creciente preocupación porque los datos existentes no sean tan buenos como todo el mundo deseaba o esperaba.
9. Mayor experimentación con los precios
En 2013, los precios de los libros digitales más vendidos cayeron a plomo, debido los descuentos de los libreros en los principales títulos, sobre todo al final del año. Pero también hubo otros factores, como los intentos de los editores de promocionar sus títulos de fondo y el ascenso de los best-sellers autoeditados.
Con casi un año a sus espaldas lleno de nuevos datos sobre los precios, los editores y los libreros seguirán experimentando con los precios de libros digitales. Si la historia sirve de indicador, la experimentación empujará los precios a la baja.
Los precios de libros electrónicos van a seguir bajando, dice Shatzkin. ¿Por qué?
Los minoristas seguirán compitiendo por posicionarse entre los consumidores y, cuando se trata de mover unidades digitales, bajar los precios siempre es buena solución.
Según Nash,
Los precios están bajando porque es una buena manera de conseguir que la gente descubra algo nuevo. Así que todo el mundo tenderá a la baja, porque funciona.
10. Los «cinco grandes» editores pondrán sus catálogos completos de libros digitales a disposición de las bibliotecas
En 2012, los bibliotecarios mostraron su descontento con los editores. Muchos de los editores más grandes del mundo (Simon & Schuster y Penguin, por nombrar dos) no estaban vendiendo libros digitales a las bibliotecas. Y otros les vendían en términos que a los bibliotecarios repugnaban (HarperCollins limitó el número de veces que una biblioteca podía prestar un libro electrónico adquirido, y Random House exigió precios altos, por poner un ejemplo).
En 2013, las editoriales más grandes hicieron una maniobra de aproximación a los bibliotecarios, y ahora todas ellas venden ebooks a las bibliotecas en mayor o menor grado. Sin embargo, Macmillan no vende sus novedades a las bibliotecas. Y Simon & Schuster está sólo en fase piloto con su programa de ebooks para bibliotecas.
Según Alan S. Inouye, director de la Oficina de Política de Informática de la Asociación Americana de Bibliotecas,
ha habido un impulso en 2013. Las principales editoriales han visto que tener las novedades a disposición de las bibliotecas no perjudica las ventas. Macmillan también se dará cuenta, y Simon & Schuster está abriendo el camino para dar más acceso a las bibliotecas.
Por supuesto, la mayoría de los demás editores están casi sin excepción vendiendo sus libros digitales a las bibliotecas.
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Al rico libro dice
Hablando de 24symbols, el (gravísimo) problema que nosotras le vemos, es que no está optimizado para ereaders, sino para tablets y smartphones. Cuando una plataforma de estas características no piensa en el ereader, mal vamos.
Arantxa Mellado dice
¿A qué te refieres con que no está optimizado para ereaders? ¿A la app de lectura?