EL MERCADO DE LA EDICIÓN DE LIBROS EDUCATIVOS ESTÁ EXPERIMENTANDO SU
PROPIA TRANSFORMACIÓN Y VIENDO MÁS OPORTUNIDADES CON LAS
TECNOLOGÍAS DE LA EDUCACIÓN (“EDTECH”)
Panorama global
En junio de 2013, el presidente Obama anunció la iniciativa ConnectED, “ideada para enriquecer la educación primaria de todos los estudiantes de EEUU”. El elemento más importante del proyecto es proporcionar acceso a Internet de banda ancha al 99% de los estudiantes norteamericanos en 2017. En el discurso de presentación de la iniciativa ConnectED, el president Obama afirmó que “en un país en el que esperamos wifi gratis con el café, ¿por qué no tenerlo en los colegios?”
ConnectED ofrece una enorme oportunidad para los editores de libros educativos. De momento, sólo uno lo ha suscrito. Y con un contrato de 100 millones de dólares. El 19 de noviembre de 2014, Andrew Savikas de Safari Books Online anunció que “Safari llevará a los niños de primaria norteamericanos acceso libre a los libros y vídeos de O’Reilly Media”. O’Reilly tiene una enorme cantidad de contenido sobre programación, diseño web y herramientas para tecnología móvil. Esto podría suponer un gran impulso para la mejora del tan lamentado de las escuelas de EEUU a la hora de ofrecer una educación efectiva en tecnología digital.
Otros donantes son Autodesk y Microsoft, de software, y AT&T y Sprint, de banda ancha. Apple, “en un compromiso sin precedentes en la empresa, ha prometido donar 100 millones de dólares en iPads, MacBooks y otros productos, para enriquecer el aprendizaje en escuelas desfavorecidas y en la comunidades más necesitadas”. Como Tim O’Reilly remarcó: “Y gracias a los tipos de la Casa Blanca, que utilizaron su poder de convocatoria para lograr un montón de donaciones que ayudarán a tener un mejor arranque de la educación tecnológica (STEM – ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en EEUU.”
La edición educativa, durante tiempo un negocio estable dominado por un puñado de empresas enormes, es actualmente una industria en flujo. El alejamiento de la edición impresa, gradual hace una década, está tomando impulso. En una reciente presentación para inversores, McGraw-Hill Education mostró que las ventas en “edición impresa tradicional” bajaron del 81% en 2008 al 35% este año.
No existe una única industria educativa en EEUU. Normalmente se subdivide en Primaria (hasta 12 años), Secundaria y Profesional, que incluye la educación para adultos. La Asociación de Editores de EEUU (AAP) usa cuatro categorías para el cómputo de ventas:
1. Materiales educativos para Primaria
2. Materiales educativos para Secundaria
3. Editoriales universitarias (menos del 1% del total de las ventas)
4. Libros para educación Profesional
Mientras que la Oficina del Censo de EEUU contabiliza:
1. Primaria y Secundaria
2. Universitario
3. Comunidad científica (aproximadamente el 25% de las ventas)
4. Profesional
Pearson, Houghton Mifflin Harcourt y McGraw-Hill son los tres grandes del mercados de la educación Primaria. Pearson, McGraw-Hill, Cengage, Wiley y Macmillan dominan el mercado de la educación Secundaria.
Los emprendedores deben decidir en qué sector de la industria educativa quieren participar. Cada una tiene sus particularidades. La idea de una presencia disruptiva en la educación de forma simultanea es improbable. La disrupción nunca es fácil en ningún sector.
Como afirmaba Dan Rosensweig, director general de Chegg’s, “en lo que se refiere a la educación, las habilidades que se necesitan son fluidas, pero las instituciones no son fluidas. Todo el sistema ha sido diseñado para apoyar a las instituciones, no para apoyar al estudiante”.
La industria ha tenido que enfrentarse recientemente a quiebras y divisiones. Dos de los acontecimientos más destacados fueron las quiebras de Houghton Mifflin Harcourt y de Cengage. No se debieron sólo a motivos de mala gestión, ya que fueron el motivo de tirar miles de millones de dólares en la compra de deuda abandonada por la inversión apalancada. Por otra parte, en 2013, McGraw-Hill Education se separó de McGraw-Hill Cos. Debido a la presión de los inversores activistas.
La desacreditación de los libros de texto impresos como vehículos primarios para la pedagogía ha sido la tendencia más importante en el mercado editorial de la educación secundaria. Durante años, los precios de venta al público han tenido una rápida trayectoria ascendente con cantidades que impactaban a los estudiantes y a sus padres. Como consecuencia, los libros de texto impreso están desapareciendo lentamente.
El impacto a corto plazo de los libros de texto impresos a precios tan altos ha sido la aparición de un floreciente mercado de alquiler de libros académicos. Aunque Amazon puede llegar a convertirse en el actor de más rápido crecimiento en este nuevo mercado, hay bastantes contrincantes de gran tamaño, como Barnes&Noble College (con 700 tiendas) y Follet (900 tiendas), ambos grandes actores en un mercado estimado en 4.500 tiendas universitarias.
La actitud de los inversores hacia los libros de texto es tan sombría como la de los estudiantes. Las cosas se están moviendo hacia lo digital tan rápido como la industria puede asumirlo. Chegg es la mayor empresa independiente dedicada al alquiler de libros de texto y parece ser un presagio de lo que está por venir. Aunque el alquiler de libros de texto es aún el objetivo de su negocio (70% de las ventas), la empresa se promociona como “la plataforma líder de aprendizaje con prioridad en los estudiantes”, esto es, una empresa educativa. Pearson, el mayor editor de libros de texto de secundaria, ha visto reducirse los ingresos por los libros impresos al 40%.
El primer paso en la transformación fue la digitalización de los libros de texto existentes y su subida a la red. Pero no tuvieron éxito entre los estudiantes: era más fácil navegar por las páginas impresas que por las digitales en una pantalla. Un analista lo explicó de forma muy sencilla: la característica clave de los libros impresos es “la facilidad de tener varios textos abiertos a la vez en la mesa de estudio”.
Las tecnologías como Apple iBooks e Inkling Habitat sugieren un futuro más excitante para los libros de texto online. Pero con unos 20.000 libros de texto activos en EEUU la conversión a formatos interactivos puede llevar mucho tiempo.
El mercado de Primaria tiene sus propias dinámicas. Los Common Core State Standards (CCSS – Estándares estatales Comunes) tienen gran influencia, pero se han movido de perseguir únicamente “un grupo de objetivos grado a grado” a un juego cada vez más político. Sin embargo, como explica Neil Goff, «los CCSS están provocando cambios profundos en la forma en que los maestros enseñan a sus estudiantes y están llevando a los educadores a meditar qué tipo de libros que necesitan para sus aulas. Este replanteamiento, a su vez, está creando nuevas oportunidades para los editores comerciales”.
Neil Jaffe, presidente de Booksource, afirmaba que la distribución de contenidos a las escuelas está siendo literalmente recableada. En efecto, hay implicaciones para los editores que vendan en el mercado de Primaria. “No creas a quien te diga que en la lectura digital en el mercado de Primaria ya está todo decidido”, afirma Jaffe. “Los educadores de Primaria están perdidos en la selva de la edición digital, con todos sus modelos de negocio, dispositivos, ancho de banda y demás. Además, aún están tratando de determinar el valor de los libros para los estudiantes y los presupuestos.”
Oportunidades
Las oportunidades en el mercado de la tecnología educativa (EdTech) son proporcionales al nivel de riesgo. No es un mercado fácil de resquebrajar.
Hay 130.000 escuelas de primaria en EEUU unidas en 13.500 distritos.
– Estas escuelas se alcanzan a través de un complejo laberinto de reglas y reglamentos tanto estatales como del propio distrito.
– Hay 7.000 instituciones de post-Secundaria y 1.270.000 profesores de post-Secundaria. Se alcanza este grupo yendo de profesor en profesor. Quizá esta es la razón más convincente para apostar por los actores dominantes de la industria: son lo suficientemente grandes para permitirse una fuerza de ventas que cubra la mayoría del territorio.
En un artículo titulado “Por qué las startups educativas fracasan”, Avichal Garg plantea un argumento persuasivo. “VCs y los emprendedores suelen ser personas con estudios. Las personas con estudios piensan que la educación es una inversión.” Pero no los demás: “La media, la persona de clase media cree que la educación es un gasto, no una inversión.” Esto significa que “las compañías educativas que se centran en proporcionar soluciones de alta calidad a los consumidores nunca alcanzan la corriente dominante. Las compañías educativas que se construyan alrededor de proporcionar costes más bajos al consumidor final son las que triunfarán.”
No se escatiman esfuerzos ni se ahorra en inversión. Según TechCrunch, las startups de EdTech consiguieron 500 millones de dólares en el primer trimestre de 2014. “Lo que empezó como un goteo en 2009, con 20 empresas obteniendo inversiones por 64 millones de dólares, es ahora una inundación de 500 millones invertidos en 99 nuevas startups apoyadas por capital riesgo, de según los datos de CrunchBase.
Este texto es una traducción del artículo
“11 Tendencias y Oportunidades en la edición digital de libros”,
escrito por Thad McIlroy y publicado por Digital Book World en diciembre de 2014.
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