En una entrevista en The New York Times, Steve Jobs, el boss de Apple, decía lo siguiente acerca de los e-readers:
«Estoy seguro de que seguirá habiendo e-readers de uso exclusivo para la lectura, y tendrán las ventajas de estar centrados en una sola cosa. Pero creo que los dispositivos multifunción serán más exitosos porque me parece que la gente no quiere pagar por algo que sirve solo para una cosa. Fíjese en que Amazon jamás dice cuánto vende, y cuando vendes mucho de algo quieres que se entere todo el mundo.
No creemos que para esto [e-readers] exista un gran mercado. Y en el futuro, triunfarán los dispositivos más genéricos.
No creo que Amazon, por ejemplo, esté realmente interesado en el negocio del hardware. Si yo fuera Amazon me gustaría vender cosas para las que no necesitara un almacén ni los servicios de UPS.»
Si en algo solemos estar todos de acuerdo es en que cargamos con demasiados aparatos: quien más quien menos va por el mundo con un móvil (cuando no dos -personal y trabajo-), un mp3 y una agenda electrónica. Y, si se sale de viaje, a esto se añaden todos los cargadores correspondientes, y, en su caso, el e-reader, también con su cargador. Está claro que preferimos llevar uno que acarrear tres o cuatro, es una cuestión de comodidad, no simplemente económica, como dice el señor Jobs, pero no creemos que estos argumentos sean extensibles a los dispositivos diseñados sólo para la lectura.
Leer una novela en el iPhone alivia la espera en el médico y ameniza el recorrido en metro hasta la oficina. Lo sabemos por experiencia y lo recomendamos. Y estamos de acuerdo en que el mercado de la telefonía móvil acabará deparando muchas alegrías a los editores. Pero, ¿se tumbaría usted en el sofá una tarde de domingo a leer el último Larsson en su móvil? ¿Se llevará el iPhone a la cama para leer un capítulo más antes de dormir? Lo más probable es que prefiriera un dispositivo tamaño libro y con pantalla de tinta electrónica, no retroiluminada.
¿Será el precio, como dice Jobs, un argumento de peso a la hora de escoger entre móvil y e-reader como dispositivo de lectura? Para los lectores habituales no. Hagamos números. Una persona que consume dos libros al mes gasta una media de 360 € anuales (30€/mes). Al precio máximo que vende Amazon los libros digitales (9,99 $ o 6,86 €), su gasto bajaría a 165 €, menos de la mitad. Teniendo en cuenta que un e-reader cuesta unos 300 €, nuestro lector podría tenerlo amortizado en menos de dos años.
Probablemente lo que haga el lector habitual será alternar entre móvil y e-reader, usarlos en función de sus circunstancias diarias. Así pues, lo que realmente le resultaría útil sería poder sincronizar sus lecturas en ambos dispositivos, es decir, que las marcas de texto que haga por la mañana en el móvil se reproduzcan por la noche en el e-reader. Amazon ya ha dado el primer paso para conseguirlo, ¿lo hará Apple?
¿Leer en el móvil? Ante una emergencia que te pille sin otro dispositivo a mano, vale, pero creo que la pantalla es demasiado pequeña para hacerlo con cierta comodidad.
Pienso que todo podría reducirse a dos dispositivos; actualmente, móvil, mp3 y agenda electrónica pueden ser el mismo.
El segundo dispositivo pertenece, al menos que yo sepa, a lo futurible: un híbrido entre el ereader y el netbook. Tamaño y grosor de ereader, obviamente tinta electrónica, y capacidades de netbook, ¿con un teclado deslizante en la parte trasera de la pantalla? ¿Estoy soñando demasiado?
Dos dispositivos, y todo lo que necesitamos para movernos por el mundo sin sufrir.
Y, por supuesto, cargador universal, ya.
De todas maneras, para las novelas creo que de momento prefiero un tercer dispositivo: el libro de bolsillo.