Tomo el título de este post y los consejos técnicos que se dan en él de una entrada del blog brasileño Simplissimo, porque no puedo estar más de acuerdo con la idea de que las editoriales han de dejar de pensar que la digitalización es una simple conversión de archivos que puede hacer cualquier empresa y gestionar cualquier empleado.
En un futuro muy próximo, será recomendable que las editoriales cuenten con un equipo específico para la producción de libros digitales, pues contra lo que muchos piensan, la producción en digital requiere tiempo y cierto nivel de conocimientos: no puede ser delegada en manos del maquetador de toda la vida, por muy buena disposición que muestre.
En un mundo ideal, todas las editoriales contarían en su plantilla con un experto en digitalización que no sólo garantizara la correcta producción de los archivos, sino que además reorganizara el flujo de trabajo de la empresa para adecuarlo a esas nuevas forma de producción. En el mundo real, pocas son las editoriales que pueden permitirse ese ¿lujo?, sin embargo, sí será imprescindible que cuenten con el asesoramiento -externo o no- de profesionales de confianza que garanticen la calidad de sus archivos.
¿Quiénes pueden ser esos profesionales de la digitalización? Tanto un diseñador gráfico como un diseñador web, o incluso un programador, pueden entrar en este campo, pero en ambos casos se exigirá una especialización. La exigencias para los aspirantes a esta nueva profesión son las siguientes, según nos dicen los expertos de Simplissimo:
– buenos conocimientos de CS5, lo que incluye tabulaciones, estilos, maqueta y cierre en ePub;
– tratamiento básico de imágenes para guardarlas en los formatos y tamaños correctos;
– buenos conocimientos de CSS3 y XHTML. No hace falta que sean muy profundos, pero a mayor conocimiento mayor valoración del profesional;
– conocimiento de los formatos de archivo, para saber diferenciar entre ePub, PDF, mobi y otros, y para saber aconsejar el más apropiado en cada caso;
– conocimientos de las plataformas disponibles, de sus limitaciones y aplicaciones (ADE, iPad, Kindle, PD, Alfa, etc…);
– actualización constante de todas las novedades del mercado, tanto en relación a los formatos como a las plataformas, puesto que estamos ante un mercado en plena expansión y cambio.
Es hora de formarse e informarse.
Henry Odell dice
Totalmente de acuerdo, la edición digital es mucho más que «exportar» un archivo destinado a la impresión.
A las recomendaciones de Simplissimo yo agregaría:
— conocimiento de javascript, ya que constituye una herramienta indispensable para automatizar ciertos flujos de trabajao que afectan al catálogo digitalizado.
— y, cómo no, conocimiento avanzado sobre gestión de metadatos. Indispensable!
Seguramente, si hilamos fino, hay más elementos recomendables para un buen ejercicio de la rpofesión de «editor digital».
Silvia Senz Bueno dice
¿No estamos hablando de diseñadores y componedores?
Arantxa Mellado dice
¡Los metadatos! Su comprensión y correcta gestión necesitarían de toda la atención de los editores. Gracias por tu acertado apunte, Henry
Marcos dice
Yo también estoy de acuerdo con ambos en la importancia de los metadatos, que se acrecentará a medida que tenga mayor peso la búsqueda (descubrimiento) y la compra de libros online.
Aunque no sé tengo claro si debe ser el propio «diseñador» u otro perfil más específico el encargado de gestionar el flujo de metadatos asociado a los libros digitales». Cuando habláis de metadatos, ¿os referís a los asociados a los distintos formatos (ePub, PDF…? ¿o también a cosas como ONIX?
Saludos.
Fran Ontanaya dice
Lo que yo he visto, de forma anecdótica, es que los encargos están cayendo en gente con poca o nula preparación técnica, sin conocimiento alguno de CSS u ONIX, que agonizarían si tuvieran que componer un archivo EPUB con un editor de textos y la línea de comandos, o si necesitaran crear un subset de varias fuentes con FontForge para que pesen menos al incrustarlas. Que trabajan siempre en modo WYSIWYG y liberan documentos sin saber realmente cuánto código invisible han introducido, y que cuando surge un problema no saben por dónde empezar a buscar una solución. Pero, como digo, son impresiones anecdóticas.
Silvia Senz Bueno dice
Un diseñador gráfico es un diseñador gráfico con independencia del producto que diseñe. Un diseñador gráfico editorial es un diseñador gráfico editorial con independencia del soporte del contenido. Para ampliar su campo a soportes digitales, basta añadir a su bagaje algunos conocimientos técnicos y una colaboración más estrecha con programadores. De igual modo, un programador es un programador, y no un diseñador gráfico. Zapatero a tus zapatos, que cada cual sabe de lo suyo y para algo existe la opción de montar equipos. De la mixtificación (2 en 1) de oficios tan diferenciados sólo salen pifias espectaculares.
Javier Martínez Ortiz dice
Estoy de acuerdo con lo que expones, Silvia. Me parece que crear una profesión tan específica sólo perjudica a la profesión. Es un imperativo para el diseñador editorial, eso sí, dominar la estructura del documento de manera semántica, para poder aplicar correctamente las herramientas disponibles.
No sacan nada con conocer al dedillo CS4 o CS5 (o los autoeditores que sean), si no aplican el conocimiento asociado a estructurar correctamente una publicación.
Jordi dice
Hacer libros digitales significa comprender a fondo la lógica de estructurar libros: XML, XML y más XML.
Obviamente también todas las tecnologías asociadas:
– CSS para dar estilos
– RDF y ONIX (que son XML) para los metadatos
– NCX (que es XML) para los índices y tabla de contenidos
– XHTML (que es XML) para estructurar
Javascript, Objective-C, Java, etc. son lenguajes de programación, y son programadores los que deben hacerlos a petición de un editor, no creo que los editores ahora tengan que ponerse a aprender a programar. Han de aprender a estructurar libros en XML, eso es lo fundamental.
nOVEDADES LITERATURA dice
Muy interesante esta entrada. De paso, aprovecho para felicitarlos por el nuevo formato!
Silvia Senz Bueno dice
Insisto en lo dicho. De toda la vida, en las editoriales donde se trabaja bien, el diseñador tiene a un técnico de preimpresión a su disposición, y ambos conocen lo bastante de los aspectos en que convergen ambas profesiones para comunicarse y trabajar, como quien dice, hablando el mismo lenguaje. Eso no tiene por qué cambiar, salvo que de nuevo se quieran reducir plantillas, pasos y costes para beneficio exclusivo del editor; un beneficio que no redundará ni en favor del producto, ni en favor del lector, ni en favor de la necesaria continuidad profesional de los realizadores de una obra: el recodificador tipográfico-visual que es el diseñador y el recodificador tecnológico que es el programador. Si obligas al diseñador a hacer ambas cosas, acabará dejando en un segundo plano lo que le caracteriza y hace necesario: su función creativa y comunicativa. Si obligas a un programador a ejercer de diseñador, saldrán churros tipográficos. Lo único que se necesita es formación suplementaria, no fusión de competencias.
JAume dice
Aquí está mi respuesta, que requiere demasiado espacio para reproducir aquí:
http://www.caracterdigital.net/2011/05/mi-profesion/
Arantxa Mellado dice
Llego tarde a leer los comentarios que ha ido suscitando esta entrada (cosas de publicar en viernes) y por lo tanto mi respuesta llega también tarde. Todavía no me he leído tu post, Jaume, que seguro que está perfectamente documentado, pues hablas de tu oficio, así que aún no sé cuáles serán tus razonamientos; lo haré en cuanto publique este comentario.
Me da la sensación de que mi concepto de libro digital posiblemente difiere del de algunos de vosotros, y que cuando me refiero al flujo de trabajo de una editorial en digital no queda claro que hablo de procesos editoriales distintos de los actuales. Eso no significa, Silvia, que se vayan a concentrar tareas en una misma persona para ahorrar costes, sino que las habilidades requeridas a diseñador digital van a ser diferentes de las requeridas a un diseñador en papel, y de la misma manera que el diseñador convencional -como apuntas- habla el mismo lenguaje que el técnico de preimpresión, así también el diseñador digital debe hablar el lenguaje del digitalizador que llevará a cabo la conversión, y ello implica tener las nociones que se apuntaban en el post.
Cuando me refiero a libro digital y su diseño pienso en un concepto más amplio, difícil aún de definir, porque en digitalización todo es aún experimentación. Si por libro digital se entienda un simple clon de un libro en papel para ser leído en pantalla, el diseñador gráfico poco verá variar su labor, cierto, aunque he de insistir -como dice Javier Martínez- en la necesidad de que comprenda las herramientas disponibles. Y por supuesto, para diseñar tipografías pocas nociones técnicas van a necesitarse, aunque sí se habrán de tener claras las diferencias que presenta la lectura en pantalla. Pero el libro digital no se va a quedar en las réplicas para pantalla que tenemos ahora, y los experimentos que se están haciendo para iPad y otras tablets demuestran que nos queda mucho por ver.
En la industria de la edición digital todo está por hacer, nada hay aún establecido, pero sí hay algo que empieza a verse claro: los modelos que hasta ahora han funcionado para el negocio del libro en papel no siempre pueden aplicarse a la edición digital. Nos empeñamos en ver la edición digital como un reflejo de la edición en papel (flujos de trabajo, habilidades profesionales, modelos de negocio, incluso el propio producto “libro”), pero el tiempo, la tecnología y el mercado demostrarán lo contrario.
Valentín pérez dice
Cuando se empezó a trabajar en la web, muchos diseñadores gráficos provenientes del mundo papel empezaron a diseñar para internet. Al principio sus diseños eran calcos del papel y sobre todo pensaban en papel lo que hacía difícil su trasvase a la pantalla sobre todo en lo referente a la flexibilidad que tiene lo digital con respecto al estatismo del papel (y no me refiero a que las cosas se movieran, sino a que había que tener en cuenta resoluciones, navegadores, etc. etc). Pero eso duro un tiempo, y ahora no solo hay ya diseñadores que han empezado diseñando directamente para pantalla, sino que aquellos que se reconvirtieron en su día saben sacarle el máximo partido al mundo digital. Lo que sucede ahora con el libro digital no es muy diferente de aquello. Por circunstancias me ha tocado vivir ambos casos de lleno, y hay más similitudes que diferencias. Por tanto, aunque entiendo la intención de esta entrada, estoy con muchos de los que la han comentado en que no es realmente una nueva profesión sino una nueva orientación profesional de un oficio con muchos años a sus espaldas. Evidentemente los oficios van adquiriendo nuevas competencias (y dejando en el camino viejas competencias) y se va haciendo necesario aprender cosas nuevas y a veces olvidar muchas otras cosas. Pero así evoluciona todo. Hoy día el médico tiene a su disposición herramientas y tecnologías que no tenía el médico de hace 100 años, pero ambos siguen siendo médicos, aunque los de hoy sean capaces de leer un encefalograma o de ver en una ecografía. El diseñador de libros debería ser capaz de diseñar libros pensando en papel y en digital, y hago hincapié en el concepto «pensar» porque es importantísimo que a la hora de diseñar los libros se tenga en cuenta que ya los libros no van a ser estáticamente fijados en papel como hasta ahora sino que pueden tener muchos otros formatos y posibilidades. Plantear los libros desde el principio en este contexto es misión de editores y diseñadores. Sacarle el máximo partido a lo digital será misión también de diseñadores y maquetadores digitales (pues no necesariamente ambos perfiles tienen que ser el mismo, aunque pueden serlo perfectamente) , y en su momento programadores digitales. Creo por tanto que lo fundamental es «pensar» también en digital y si para ello hay que aprender algunas cosas nuevas (lo cual es lo habitual en todo oficio y profesión) pues así será.
juan Carlos lópez dice
No es tarea fácil, hoy por hoy, para el maquetador de toda la vida, la de «producir» contenidos digitales, pues «antes» con software intuitivo (indesing, quark…) y pensando en soporte papel se resolvieron todos los handicaps estupendamente.
Ahora, el maquetador/diseñador editorial no tiene más remedio que pensar en términos web, apoyándose muy posiblemente en ese software de siempre (Adobe y similares están obligadas a dar soporte), pero ahora aderezado con otras tareas añadidas con intención, por lo pronto, de trabajar con xhtml y css (el «software de siempre» no es del todo consecuente con estas tecnologías).
Con la evolución propia del formato ePub (proceso que depende de nosotros y que hoy por hoy está en pañales) evolucionará el libro y sus posibilidades… también intervienen/intervendrán lenguajes y soluciones (sdk, objetive c, javascript…) que a más de uno/a su simple mención le producen urticaria (lo digo por experiencia). Pues es cierto que muchos «libros enriquecidos» o «libros-aplicaciones» pensados para tabletas es más trabajo de programadores informáticos que maquetadores/diseñadores.
Por otra parte, la propia visibilidad que tienen que alcanzar estos productos en internet (único y amplio mercado para la distribución/comercialización de estos contenidos), necesita de otras tareas relacionadas con los metadatos y las obligaciones que imponen los estándares (IDPF) y otras soluciones (Apple) de cara a las plataformas que venden estos contenidos.
Hay que pensar en digital. Olvidémonos del papel.
Silvia Senz Bueno dice
Os recomiendo la lectura de este post y de sus comentarios: «Somos diseñadores gráficos, no programadores».
http://jaumeestruch.com/blog/diseno-2/somos-disenadores-graficos-no-programadores/
Valentín perez dice
Por cierto,y perdonadme la autopromoción, pero para los interesados en hacer libros electrónicos, en verano doy un taller de creación de ebook en Calamo&Cran donde precisamente se trata de dar esa formación para la creación de los libros electrónicos:
http://www.calamoycran.com/curso_detalle.php?curso=64
juan Carlos lópez dice
Hola, Valentín:
No veo en vuestro curso ninguna mención a software como Oxygen y por qué no Dreamweaver (al margen de InDesing) con intención de corregir aspectos relativos a las css y otros archivos que participan en el desarrollo del epub (.toc y .opf). En cambio sí hablas de Sigil y Calibre como herramientas para producir/corregir/convertir ePub. ¿Estas últimas son consecuentes con la edición profesional de un libro electrónico?
Valentín perez dice
Hola Juan Carlos, efectivamente no hablamos de editores de XML ni de código, porque el curso va dirigido a muchos perfiles que no necesariamente están familiarizados con el uso de código, por eso no hemos indicado en el programa ningún editor de código como tal y en realidad hacemos referencia a programas que son específicos para la creación y edición de ebooks. Además hemos preferido optar por usar programas de código libre. Eso no significa que en el curso no vayamos a ver código ni a usar editores, porque una parte del curso veremos como tocar determinadas cosas con Sigil (tanto en modo visual como de código) pero en otras cosas más complicadas tendremos que editar directamente elementos del epub, como el content.opf y lo haremos con un editor (pero como no es motivo del curso enseñar a trabajar con estos editores no los hemos incluido como referencia). También veremos fundamentos de XML, XHTML y CSS y también hablaremos de HTML5.. Yo por mis años de programador web no me llevo bien con dreamweaver (aunque ha mejorado mucho, y hoy es una herramienta muy eficaz, y muy útil para trabajar por ejemplo temas de accesibilidad web) y prefiero otros editores de código, pero en cualquier caso dependiendo de los conocimientos y perfiles de los alumnos se podrá profundizar más o menos en tema de código. Hay veces que los alumnos sienten alergia al código y hay que convencerles de que no muerde, y otras veces los alumnos están acostumbrados a trabajar con código y pasamos directamente a remangarnos, que por otra parte es la parte que a mí más me gusta.
Natalia Camacho dice
Hola. Saludos a todos. Muy interesante todas sus puestas. Soy de Puerto Rico y llevo 9 años trabajando como artista grafico, diseñadora y diagramadora en el mundo editorial. Amo mi profesion, pero hasta hoy todos mis conocimientos estan dirigidos a la impresion en papel. Recien he comenzado a leer para empaparme un poco sobre la transicion q estamos viviendo. Veo q ustedes me llevan un largo camino en delantera y es por esto q les pido que compartan conmigo fuentes y recursos q me ayuden en mi aprendizaje. No me cierro al cambio. Al contrario, me siento ilusionada por aprender. Todo lo que me aconsejen para ayudarme a encaminarme en este proceso digital lo agradecere.
Gracias y hasta pronto,
Natalia Marie