Jürgen Snoeren, editor holandés, ponente de la 4ª Conferencia Editech de Milán, hace un interesante resumen que traduzco de las conclusiones alcanzadas al respecto del incipiente y tambaleante mercado digital europeo, insistiendo en las diferencias culturales tanto entre los países de la Comunidad como entre Europa y elos países anglosajones.
La 4 ª Conferencia Editech en Milán, que tuvo lugar el 9 de junio, principalmente versó sobre la naturaleza fragmentada del mercado digital europeo. No fue algo inesperado, ya que la mayoría de la audiencia era italiana, y el mercado italiano del libro digital es uno de los más pequeños de Europa, tanto como para decir que es prácticamente inexistente.
Una de las conclusiones de la conferencia fue que, con la excepción del Reino Unido, en Europa todavía no existe un mercado real de libros digitales. Las cuotas de mercado fluctúan entre los países donde se ha dado el primer paso -como España (1,7%) y Holanda (0,8%)- y los países donde aún no existe un mercado digital propiamente dicho, como Alemania (<0,5%) e Italia (<0,1%).
Varios oradores –entre los que me incluyo- señalaron que cada vez está más claro que al analizar el mercado mundial de libros digitales, la Comunidad Europea y los mercados anglosajones deben ser cuidadosamente separados. Europa se compone de muchos mercados, principalmente de pequeños, que no tienen el volumen de lectores y el nivel de inversión suficiente para construir las plataformas, aplicaciones, sitios Web y otras cosas que están siendo desarrolladas por los editores de EE.UU. y el Reino Unido para conectar con sus lectores.
Lo digital es caro. Para los editores de mercados pequeños como Holanda e Italia, sería necesario un modelo de negocio más cooperativo entre las empresas para obtener las inversiones necesarias, pero tradicionalmente la edición no funciona así en estos territorios. Por lo tanto, para alcanzar el nivel necesario, los editores necesitan cambiar su forma de hacer negocios.
Esto fue lo que Michael Tamlyn, de Kobo, consideró como la mayor diferencia cultural en la forma de hacer negocios entre los EE.UU. y la UE. Los editores europeos tradicionalmente han trabajado a partir de una base de confianza: la construcción de relaciones muy personales de las que ambas partes pueden beneficiarse. Los editores de EE.UU., por el contrario, siempre han trabajado mucho más desde un punto de vista estrictamente comercial -en palabras de Tamblyn, tienen una forma más legal de enfocar las cosas, lo que le llevó a describir la diferencia en el enfoque como de confianza frente a contrato-.
En cuanto a la forma en que el mercado de los EE.UU. se ha desarrollado, es evidente que los editores han sido capaces de adaptarse al cambio que suponía la edición digital de forma extremadamente rápida, produciendo una gran cantidad de contenido disponible en un plazo de tiempo muy corto. También es evidente que los editores europeos no han sido capaces de hacer lo mismo. En cuanto al mercado holandés, la falta de contenido es uno de los principales bloqueos en el camino hacia un mercado digital saludable.
La escala de negocio combinada con un enfoque más conservador para las empresas es un buen argumento para explicar todo esto. Pero las diferencias culturales dentro de la UE son casi tan grandes como las que existen entre los EE.UU. y la UE. Así pues, lo que se necesita ahora es una mayor atención a la manera en que estas diferencias conforman el mercado del libro digital en cada país, de forma que los editores puedan entender mejor cómo hacer crecer este mercado con mayor efectividad.
Uno de los grandes problemas es que la mayoría de los editores europeos no está trabajando a escala global, ni están interesado en ello. Con la excepción del español y quizá del francés, ninguna de las lenguas europeas tiene un gran alcance fuera del país de origen. Allí donde los libros en inglés puedan llegar a gente con otra lengua materna el mercado digital será prácticamente ilimitado para los editores de EE.UU. y del Reino Unido. Esto representa también una amenaza que a menudo es pasada por alto: los libros en Inglés en competencia directa con los libro en el idioma original de un país y que el inglés acabe siendo el idioma de lectura en muchos países.
En mi país, Holanda, esto ya es evidente, como lo es en Alemania después del lanzamiento del Kindle. Ésta bien puede ser una de las razones por las que el gobierno francés decidió imponer un precio fijo a los libros digitales. Porque el idioma es cultura. Los editores europeos harían bien en recordar que esto hace que sea aún más acuciante poner más contenido digital original en el mercado.
Lo que quedó muy claro para todos los presentes durante las charlas de Milán es que hay una necesidad clara de hechos, no ya de predicciones. Más ejemplos de experiencias, más datos, más análisis. Es necesario que lo editores europeos compartan sus experiencias en las conferencias internacionales. Editech fue un buen indicador de lo grande que es esa necesidad.
Es un asunto complicado, como puede deducirse de estos párrafos. Es evidente que necesitamos más y mejores datos del mercado europeo para conseguir un conocimiento más profundo. Lamentablemente, en la mayoría de los países, estos datos no existen. La conferencia Editech -al menos para mí- fue una buena manera de recopilar datos y compartir experiencias, y ahora estoy con ganas de más.
Vía FutureBook
[…] en México. Una respuesta posible la podemos hallar en la entrada del blog actualidad editorial (https://www.actualidadeditorial.com/diferencias-mercados-digitales-de-eeuu-europa), que nos informa sobre lo liliputiense, tirando a inexistente, del mercado del libro digital […]