¿Será Amazon Unlimited el detonante que impulse la reconversión del sector editorial?
Actualmente, en el mundo del libro, todos los modelos de negocio parecen circunstanciales hasta que Amazon se decide a experimentarlos: el préstamo, la recomendación y, últimamente, el modelo de suscripción.
No se trata de que los responsables de Amazon tengan una visión paranormal del negocio (aunque hay que decir que Bezos sí tuvo su cuota de visionario) sino que el hecho de contar con millones de usuarios le permite convertir rápidamente en un modelo consolidado lo que otras empresas llevan años intentando implantar.
La lectura por suscripción fue lanzada como modelo de negocio en 2011 por la compañía española 24Symbols. Presentada al mundo como el Spotify de los libros (un lema que luego ha sido usado por todos sus competidores), fue ampliamente aplaudida por los “teóricos” del libro, pero tuvo que abrirse camino entre la incomprensión y la desconfianza de los editores, que les cedían los libros con cuentagotas. A pesar de las dificultades, 24Symbols ha ido ampliando su catálogo e incluso internacionalizándose, y viendo como su modelo era replicado en Alemania, Rusia y EEUU (Scribd y Oyster, con mucha fuerza al conseguir la inclusión del catálogo de dos de los grandes), e incluso en España, con Nubico (inicialmente Booquo). La aparición de estas nuevas plataformas de suscripción ha ido normalizando este uso entre editoriales y lectores, que ya consideran la suscripción cono un canal de ventas más.
Pero el pasado julio Amazon anunció su propio servicio de suscripción, Amazon Unlimited, y entonces ese canal alternativo se convierte en la Gran Amenaza. ¿Realmente Amazon Unlimited puede acabar con el negocio del libro como lo conocemos? ¿Es el principio del fin de las librerías y las bibliotecas?
Vayamos por partes:
El punto de partida en la clave del éxito en el negocio del libro está en la oferta. Luego llegan los pluses del precio y el servicio. Pero, ya sea de nicho o generalista, una librería/plataforma que no ofrezca un catálogo amplio y rico de referencias para poder satisfacer las necesidades de compra/lectura de sus lectores tiene los días contados. De poco servirá, pues, que Amazon ofrezca lectura ilimitada a 10 dólares, euros o libras a sus millones de clientes: si no puede brindarles un extenso catálogo de novedades y un interminable fondo, decepcionará sus expectativas. En ese caso, la suscripción será uno más de sus servicios al que sólo tendrán que temer sus competidores (24Symbols, Nubico, Oyster, Scribd, etc.), pero no supondrá un peligro para bibliotecas ni para librerías.
De momento, la tacañería de Amazon en sus pagos al editor está frenando la aportación de novedades por parte de los grandes grupos, pero ¿qué pasará si llegan a un acuerdo que compense a ambos? ¿Qué pasará si realmente el lector consigue satisfacer todas sus necesidades lectoras de forma ilimitada por 10 dólares al mes? Aquí sí que auguro un profundo cambio, no sólo en la forma de hacer negocio con los libros sino también en el consumo y creación de contenidos. Un cambio del que Amazon habrá sido el impulsor, el detonante, y en el que espero que no se cometan los mismos errores que le lleven de nuevo a la situación casi monopolística.
¿Cómo afectaría a la industria del libro que el modelo clásico de venta basculase hacia el servicio de suscripción?
– Reconversión de las librerías: el librero súper especializado.
Obviamente los más afectados serían los libreros, que verían seriamente comprometido su negocio basado en la venta tradicional. Deberían, pues, plantearse nuevas estrategias y cambios en su modus operandi. Probablemente la forma más eficaz de supervivencia para los libreros sea la súper especialización en géneros y subgéneros muy concretos. El librero tendrá que convertirse en un experto prescriptor y seleccionador en temas muy específicos, un servicio que por sus características no podrán ofrecer las plataformas de suscripción. Y, por supuesto, manejarse en el e-commerce y las redes sociales con mucha soltura, no sólo para crear una comunidad de lectores/compradores sino también para ser capaces de servir pedidos a escala (al menos) nacional.
– Ampliación de los servicios digitales bibliotecarios: el bibliotecario curador.
A efector prácticos, poca diferencia hay entre el sistema de préstamo bibliotecario digital y el sistema de lectura por suscripción: ambos ofrecen lectura ilimitada de los títulos disponibles. En este caso las bibliotecas salen ganando, porque su modelo es gratuito, y además, las bibliotecas llevan años haciendo una gran labor de selección de títulos en función de la demanda, lo que añade un valor añadido de curación de contenidos del que de momento carecen las plataformas de suscripción.
Sin embargo, el sistema eBiblio podría complicar las cosas: con sólo 1.500 títulos digitales en préstamo mal se puede competir, y si encima esos títulos no han sido elegidos por el bibliotecario sino “sugeridos” por Libranda –la plataforma a la que la que la Secretaría de Estado de Cultura ha adjudicado la prestación del servicio–, el servicio bibliotecario de préstamo de ebooks puede llegar a ser muy decepcionante para el lector. Sólo el País Vasco, que ha creado su propia plataforma de préstamo digital, tendrá libertad absoluta de selección de catálogo. El tiempo dirá si realmente esa libertad de selección de los fondos incentiva el préstamo digital.
– Las editoriales podrían tener su modelo de suscripción: el editor proveedor de servicios de lectura
De la misma forma que los grandes grupos editoriales han lanzado sus propias librerías on line y aplicaciones de lectura propias, nada ajeno a ellas les impediría crear su propia plataforma de lectura ilimitada de su catálogo por un tanto al mes.
Es lo que ha hecho el Grupo Planeta, que lanzó Nubico en 2013 en colaboración con Telefónica. Nubico ofrece, además del catálogo de las editoriales de Planeta, libros de otros editores, lo que hace su oferta más atractiva.
Así pues, el gran beneficiado por Amazon Unlimited podría ser el lector.
Vistas las diversas reacciones que pueden producirse entre los diferentes actores del libro, quien saldrá ganando será el lector: le resultará más fácil encontrar títulos gracias a las recomendaciones del librero súper especializado y el bibliotecario curador, y se beneficiará de la competencia entre las plataformas de suscripción gracias a la más que posible guerra de precios que se declare entre ellas y a la ampliación de los servicios que éstas ofrecerán.
Por ejemplo, podría imponerse una tarifa plana muy mínima que diera acceso a un catálogo de fondo y el pago de unos pluses para las novedades y los bestsellers. Algo parecido a lo que hacen los restaurantes con los menús: por 12 euros tienes el menú del día, pero si quieres la opción “solomillo” has de abonar 2 euros más.
Nada más sano que la competencia para incentivar la creación de nuevos servicios. Lo que ahora está por ver es si todos los actores mencionados serán capaces de reaccionar ante la amenaza monopolística de Amazon o si se quedarán en su rinconcito, practicando el “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” y condenándose a sobrevivir o morir a la sombra del coloso.
El próximo viernes 31 de octubre , a las 13:00 horas, tendré la ocasión de hacerles estas misma preguntas a los responsables de Nubico, 24Symbols y Lektu, en la mesa redonda sobre suscripción que moderaré en el marco del II Congreso del Libro Electrónico, en Barbastro.
Ana ORDAS dice
Pienso que las bibliotecas siempre serán la mejor alternativa y más en el caso de los ebooks. Que actualmente eBiblio se haya lanzado con Libranda no significa que haya otras plataformas, como la de ODILO, que hubieran permitido no solo poder disponer de contenido pre-seleccionado, haber tenido un motor de recomendaciones, la opción de leer en Kindle (que somos el 40% de los usuarios) sino que además con su opción de CONSORTIA hubiera permitido disponer a cada Biblioteca de su propio contenido local seleccionado por ellos. Es más, algunas comunidades ya se plantean crear con la plataforma de ODILO una única interfaz de acceso a los usuarios a todos los fondos, sean del catálogo físico tradicional, del catálogo de ebooks de eBiblio y de su propia selección. Es más, poco a poco esas Bibliotecas podrán optar a contenido como videojuegos, series, etc.
Arantxa Mellado dice
Muchas gracias, Ana.
Tienes mucha razón en lo que dices, pero fue Libranda quien ganó el concurso público para gestionar la plataforma bibliotecaria de préstamo digital. Mientras no haya otra alternativa, esperemos que sepan estar a la altura de lo que los usuarios de las bibliotecas esperan de su servicios.