Libranda abrió oficialmente sus puertas virtuales hace escasas 24 horas, y durante este período ha recibido una avalancha continuada de críticas demoledoras, tanto de los medios de comunicación como a través de blogs y twitts.
¿Por qué Libranda genera tanta animadversión?
Basta un análisis superficial para observar las razones:
1. Afán de protagonismo de sus miembros:
Libranda es una distribuidora digital y como tal sus clientes son las editoriales y las librerías, no el lector. Al comprador final no le importa cómo llegó el libro a la librería virtual, no tiene siquiera por qué saberlo, como tampoco sabe qué distribuidora proporcionó el libro en papel que compra al librero de la esquina. Lo que le importa al lector es dónde encontrar el libro y, como mucho, quién lo publica.
Sin embargo, llevamos un año oyendo hablar de “la plataforma de Planeta” , de la “plataforma de los tres grandes”. La discreción con la que ha de moverse un intermediario a favor de sus clientes (que son los que necesitan publicidad para vender) ha sido superada por el afán de esos grandes en sobresalir como ¿los salvadores de la industria editorial española ante la amenaza de los americanos grandes de verdad?
Los socios de Libranda son distribuidores y distribuidos, y eso genera una lógica confusión en los roles que hay que adoptar en cada caso.
2. Una desacertada campaña de comunicación :
Libranda lleva un año desplegando una enorme campaña de comunicación sobre las bondades de su existencia. No han limitado esa campaña a sus clientes naturales –librerías y editoriales-, sino que la han desplegado por todos los medios y la han hecho llegar a todos los públicos. Basta decir que la presentación oficial fue durante la feria del Libro de Madrid, una feria no profesional dedicada a la venta de libros al público, así que no es de extrañar que ahora la gente quiera comprarles libros.
Han creado una enorme confusión entre los lectores, una confusión lógica ya que, como consumidores acostumbrados al bombardeo publicitario, asociamos las campañas de promoción con campañas de venta. Si Libranda no tenía nada que vendernos a nosotros, simples lectores, ¿a qué venía tanto ruido en los canales de comunicación con los lectores?
Volvemos a la confusión de roles: Libranda ha hecho la campaña con la mentalidad de editorial de sus socios, no con la mentalidad de distribuidor que correspondía.
3. Un sitio web que confunde
Libranda dice no vender directamente, sólo a través de librerías asociadas, y sin embargo su web tiene todo el aspecto de una librería: los protagonistas son los libros.
Cuando escoges uno de los libros, se te dice que está “Ya a la venta”, y entonces te redirige a las librerías en las que éste se encuentra; pero cuando escoges una y clicas, apareces en la home de la librería y has de volver a buscar el libro de nuevo.
¿Qué sentido tiene entonces el catálogo de libros? ¿Qué sentido tiene que te ofrezcan un buscador en la propia web? Si Libranda no me facilita el acceso y la compra en las librerías escogidas, ¿qué servicio les está prestando a los libreros? Porque para saber dónde se vende un libro nos basta hacer una búsqueda en Google, que nos redirigirá a la página del libro en la librería en sólo un clic.
La respuesta está de nuevo en la confusión de roles: la web de Libranda está pensada por alguien acostumbrado a vender libros, no a distribuirlos.
Así pues, estos tres errores pueden resumirse en uno: Libranda no se ha desprendido de lo que conforma el adn de sus socios, la venta directa de libros y de su marca editorial.
[P.S.: Asunto diferente es el del DRM, que no sólo depende de Libranda, sino también de la decisión de los editores, por lo que cargar las tintas sobre la plataforma como si fueran los únicos responsables de la existencia y aplicación del DRM en España no es justo.]
Jose A.G.H dice
La respuesta está de nuevo en la confusión de roles: la web de Libranda está pensada por alguien acostumbrado a vender libros, no ha distribuirlos.
Eliminar las faltas de Ortografía para evitar que el artículo tenga menos credibilidad que la plataforma de Libranda.