Imaginad que mañana Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, salen a tomar unas copas en Oviedo tras recibir el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades; que cuando regresa al hotel Sergey Brin se da cuenta de que no lleva consigo su billetera, en la que tiene una foto de su esposa y el algoritmo de Google; que cuando llama al cuartel general de Google en Palo Alto para advertir a los técnicos sobre lo que ha pasado no los encuentra porque en California es medianoche y sólo consigue hablar con un vigilante; que éste les cuenta a varios bloggers lo que ha sucedido; que la difusión de la información a través de los blogs hace que al día siguiente las acciones de Google se desplomen; finalmente, imaginad que de repente se produce un apagón digital porque Google deja de funcionar.
Con este planteamiento empezó su charla de hoy en Kosmopolis. ‘¿Podéis imaginar vuestras vidas no sin Google sino después de Google?’, nos preguntó Joaquín a quienes asistimos a su charla.
En su intervención Joaquín nos dio tres grupos de razones para hacerlo:
1. El control y la gestión de la información: en la medida en que una buena parte de las búsquedas en Internet se hacen a través de Google, esta empresa tiene acceso a mucha información sobre nosotros y rastrea sistemáticamente a todos aquellos que utilizamos los distintos servicios que nos ofrece.
2. La pérdida de destrezas cognitivas por parte de los nativos digitales: los estudios que han hecho algunas universidades anglosajonas sobre las destrezas cognitivas de las nuevas generaciones revelan que el uso de las nuevas tecnologías por parte de éstas ha producido cambios sustanciales en la organización de la información y en los criterios a partir de los cuales se define su relevancia porque el formato determina el tipo de lectura que hacemos. La democratización del acceso a la información no garantiza el desarrollo de las competencias necesarias para asimilarla, la memoria de nuestra época ha quedado en manos de un buscador y nosotros hemos perdido la capacidad de utilizar nuestra facultad de almacenar información en nuestras cabezas.
3. El rol de las bibliotecas en el siglo XXI: históricamente la biblioteca ha sido y debe seguir siendo un intermediario entre el conocimiento y quienes quieren acceder a él. Sin embargo, hoy la fuente de autoridad y de acreditación de una fuente de información es el lugar que ésta ocupa en la lista de los resultados de una búsqueda en Google.
La interesante y entretenida intervención de Joaquín nos plantea una enorme cantidad de preguntas con respecto a temas como el acceso a la información, la forma como la organizamos y nuestra capacidad de digerirla.
Aprovechamos la ocasión para felicitar a Joaquín por la próxima aparición de su nuevo libro Edición 2.0 Sócrates en el hiperespacio —segunda parte de Edición 2.0 Los futuros del libro—, que recoge las entradas de su blog y que publica Melusina.
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