Una de las funcionalidades que incorpora el nuevo Kindle 2 de Amazon es la lectura automática del texto. Si no se tienen ganas de leer, basta con presionar Read-to-Me para activar la función text to speech (“texto a voz”), que nos leerá en voz alta el libro, blog, revista o periódico que hayamos seleccionado. No es nada original, porque Adobe Reader lleva años ofreciéndola en su programa con el nombre “Leer en voz alta”, aunque, por lo que hemos podido escuchar, la locución es mucho más agradable.
Algunos editores y agentes estadounidenses no han reaccionado favorablemente a esta opción y, según un artículo de The Wall Street Journal, “han expresado su preocupación acerca de esta característica nueva y experimental que lee textos en voz alta con voz generada por computador”. Y Paul Aiken, director ejecutivo de Authors Guild, ha declarado a este periódico que “no tienen el derecho para leer el libro en voz alta; éste es un derecho de audio que se deriva a la ley de copyright”.
Estamos de acuerdo con los portavoces de Amazon en que se está confundiendo la función Read-to-Me con un audiolibro, ya que la grabación de una lectura llevada a cabo por un humano expresamente para su venta no es lo mismo que la conversión electrónica de texto en sonido. Y no olvidemos que, como propietaria de Audible, empresa distribuidora de audiolibros, Amazon es la primera interesada en no hacerse competencia a sí misma, y encima sin beneficios directos.
Por otra parte, si la función de lectura en voz alta vulnerara los derechos de autor, por analogía todos los clubes de lectura del mundo estarían cometiendo ilegalidades, los parvularios estarían formando futuros delincuentes y el oficio de Cuentacuentos tendría que prohibirse o estar sujeto a un canon por cuento contado. Quién sabe si la SGAE acabará encontrando aquí una fuente de ingresos.
Probablemente, dentro de poco las lecturas generadas por un programa informático alcanzarán tal perfección que puedan ser equiparadas a un audio libro en cuanto a calidad. Éste podría ser un nuevo modelo de ingresos para las editoriales, que tendrán una nueva cláusula que negociar con los autores, pero de momento la función de lectura automática es una comodidad más que ofrece el Kindle, comparable a aumentar el tamaño de la letra para facilitar la lectura. Quizá los editores estadounidenses harían mejor en preparar el futuro que en gastar energías aferrándose a un presente que muy pronto será pasado.
El video demostrativo del funcionamiento del Kindle 2 ofrece un ejemplo de cómo suena un texto leído con Read-to-Me. Os aconsejamos verlo entero, pero si no tenéis paciencia, encontraréis el text to speech el el minuto 1:10.
De las declaraciones a The Wall Street Journal nos hemos enterado a través de Publico.es
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