Hoy empieza la XVI edición de la Feria del Libro de Pekín (BIBF 2009), con España como país invitado.
Según datos aportados por la Federación de gremios de Editores de España (FGEE), recogidos por la Agencia Efe, “la industria editorial española exporta a China por un valor de entre 3 y 4 millones de dólares anuales (entre 2,1 y 2,3 millones de euros), de los que casi un millón de dólares corresponden a derechos de traducción”. Una minucia comparado con los 1.200 millones de dólares anuales que suponen el total de las exportaciones editoriales españolas. Pero, entre otras cosas, para esto sirven la ferias, para mejorar e incrementar las relaciones comerciales, y más cuando se tiene la suerte de tener el protagonismo del país invitado.
La ministra Ángeles González-Sinde inauguró hoy el pabellón de España, que dará cabida entre otros a 24 editoriales. En su discurso no hizo referencia a una de sus preocupaciones habituales, la piratería, pero, según nos enteramos por la Agencia EFE, en una reunión anterior con su homólogo chino transmitió su inquietud por lo que es una práctica muy habitual en China, la copia ilegal de libros, que las cifras oficiales elevan al 70 por ciento de los libros que se venden. Dice la Ministra que “ha encontrado en las autoridades chinas una creciente consciencia, una receptividad importante». Lástima que los falsificadores/copiadores no sean tan receptivos.
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