La presencia de editores, distribuidores y bibliotecarios de los Estados Unidos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) pone en evidencia la creciente importancia del segmento latino en el mercado editorial de ese país. Paseando por los pasillos de la FIL hemos visto los stands de organizaciones estadounidenses de todos los tipos y tamaños: Lectorum, Rosetta Stone, American Library Association, Albert Whitman & Company, Craig Falk, Baker & Taylor, Research Periodicals & Book Service, Parragon, JCCarrillo, The Rosen Publishing Group, HarperCollins y Sirrocco Publishing.
Si durante los tres días dedicados a los profesionales os pasáis tanto por los stands como por el Salón de derechos, veréis cómo aproximadamente cada media hora todo el mundo va pasando de reunión en reunión desde las 9.00 hasta las 19.00. Editores, distribuidores y bibliotecarios vienen a Guadalajara a hacer networking y negocios y suelen regresar a casa con sus maletas llenas de nuevos proyectos —sería interesante saber si sus cuentas bancarias también llegan allí tan llenas—.
Como lo mencionamos hace unos días a propósito de una charla que tuvimos con Aída Bardales, quien es la editora de Críticas Magazine, los bibliotecarios juegan un rol de prescriptores de lectura fundamental. De hecho, una persona del equipo de organización de la FIL nos dijo que aproximadamente el 60 % de las ventas de este evento correspondían a las compras hechas por los bibliotecarios. En el caso de los bibliotecarios estadounidenses, éstos vienen a Guadalajara con el propósito de buscar el material que precisan para atender las necesidades de la creciente población latina de su país.
Sin lugar a dudas para el sector del libro en este momento la FIL es el mejor puente entre América Latina, España y los Estados Unidos.
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