Como su nombre indica, el DRM o Digital Rights Management (Gestión de derechos digitales) está pensado para proteger los derechos de autor de la piratería y del uso indiscriminado de los libros digitales. Se trata de un código incrustado en los archivos digitales que sólo permite acceder a su lectura a los usuarios autorizados, es decir -y simplificando-, a aquellos que han comprado el libro.
El problema del DRM para los compradores estriba en que supone un límite a la libre disposición del libro comprado: sólo se podrá descargar el archivo digital el número de veces que autorice la empresa propietaria del DRM. Así, por ejemplo, en el caso del DRM de Adobe, los compradores de un libro pueden descargárselo sólo en 6 dispositivos.
¿Qué significa esto? Que nuestra compra tendrá fecha de caducidad. Hago mi primera descarga en mi pc (porque es desde donde compro el libro) y la segunda en un e-reader. Al cabo de unos meses, me compro un nuevo e-reader, y poco tiempo después cambio de pc. Por supuesto, transfiero mis archivos. Llevo 4 descargas. En los próximos años probablemente vaya renovando mi parque de e-readers, tablets y de pcs, sin embargo, llegará un momento en que ya no podré transferir los libros digitales y tendré que comprarlos de nuevo.
Entonces, como propietario legítimo -y muy enfadado- de los archivos digitales comprados, ¿puedo romper el DRM para disfrutar sin límites de mi compra? Legalmente no.
Esta prohibición puede suponer una vulneración de mis derechos como consumidor, sin embargo está avalada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) a través de la WIPO Copyright.
Así pues, es sorprendente el nuevo giro que la Lei de Direito Autoral de Brasil da al uso del DRM y del que nos enteramos vía ActuaLitté.com.
Según esta ley, los compradores de un libro digital con DRM están autorizados a romper éste. Y aún se va más allá: los titulares de los derechos de autor que añaden DRM para restringir su uso podrán ser multados. Así pues, en virtud del artículo 107, que introduce este nuevo concepto, no sólo será legalizada la elusión de las medidas tecnológicas de protección de los archivos digitales, sino que se sancionará el intento de obstaculizar el ejercicio de los derechos del consumidor, que merece tanto respeto como el autor.
Arte. 107. Independentemente da Perda dos equipamentos utilizados, Por danos e Responder perder, Nunca Inferiores ao valor da Aplicação hacer eso resultaria disposto no hay arte. 103 e seu parágrafo Único, quem:
I – alterar, suprimir, aplazar o inutilizar Modificar Qualquer de maneira, Dispositivos Técnicos das Obras exemplares introduzidos nuestro e Produções párr Evitar Protegidas o Copia sua restring;
II – alterar, inutilizar o aliminar de Qualquer maneira, hueso Sinais codificados Destinados una restring ao Público una comunicação de Obras, o emissões Produções Protegidas o Evitar una Copia sua;
III – o simplemente eliminar alterar, sem Autorização, Qualquer informação sobre a Gestão de direitos;
IV – Distribuir, párr importår Distribuição, emitir, o Comunicar puser Disposição hacer Público, sem Autorização, Obras, o execuções interpretações, exemplares fixadas interpretações º de fonogramas emissões em, Sabendo que un informação sobre a Gestão de Direitos, e Dispositivos Sinais codificados foram suprimidos o Alterados Técnicos Autorização semana.
Nos parece una medida excesiva, sin embargo, aplaudimos la iniciativa de intentar acercar los derechos de autor y consumidor a un plano de igualdad.
Probablemente se pueda encontrar un punto que llegara a satisfacer a unos y a otros, pero para eso hay que sentarse y hablar. Y no dar por sentado que todo internauta lleva dentro un pirata.
[…] This post was mentioned on Twitter by Ediciona and others. Ediciona said: Una ley brasileña prevé sancionar a quienes ponen drm en los e-books y permite romperlo a los que los compren http://bit.ly/9WuIIa […]