Tal vez el del libro de texto sea uno de los sectores menos susceptibles a los efectos de una crisis. Se trata de un tipo de contenido de primera necesidad y sujeto permanentemente a actualizaciones debido a la evolución del conocimiento en las distintas disciplinas del saber.
Si alguna vez nos vemos obligados a reducir el presupuesto que dedicamos al consumo de bienes culturales, seguramente podremos prescindir del cine del fin de semana, de ese concierto al que nos hacía tanta ilusión ir o de los libros que compramos para leer durante nuestros ratos de ocio sin que ello represente una pérdida irreparable —siempre podemos alquilar las películas en un vídeo club, aprovechar los conciertos gratuitos, ir a la biblioteca más cercana o intercambiar vídeos, discos y libros con quienes nos rodean—.
El caso del libro de texto es bastante distinto. Éstos son un elemento fundamental en la educación escolar de nuestros hijos. Terminadas las vacaciones, los padres salen en desbandada hacia las librerías para comprar los libros de texto correspondientes al año escolar que comienzan sus hijos.
Así hemos podido constatarlo en una visita que hemos hecho a París con ocasión de la rentrée littéraire. Por estos días las grandes superficies, las pequeñas librerías de barrio y las librerías de libros de segunda están abarrotadas de padres que en una mano llevan la lista de libros con la que han llegado sus hijos del colegio y que en la otra sostienen las bolsas con las compras que han hecho hasta el momento.
Vale la pena destacar que debido a las características de sus contenidos y al uso que se hace de éstos el del libro de texto es, además, uno de los sectores propicios para el desarrollo exitoso de iniciativas en el campo de la edición en soporte digital y en los que se le puede sacar un mayor provecho a la oportunidad que esta evolución representa. Con respecto al libro de texto y a la edición en soporte digital ya nos habíamos referido hace unos días a la intención de Amazon de colocar el lector Kindle en las escuelas.
Las imágenes que acompañan esta entrada son de algunos de los locales que tiene en el boulevard Saint Michel la cadena Gibert Jeune, especializada en libros escolares, académicos y de segunda.
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