Es un hecho reconocido por casi toda la industria del libro que el DRM perjudica a los lectores legales, aquellos que pagan por lo que leen, impidiéndoles hacer un uso libre de sus libros digitales, el mismo que harían con un libro en papel. El comprador de un libro en papel puede prestarlo o regalarlo a quien quiera —compartirlo—, es libre de hacerlo, tantas veces como desee. Pero no puede disponer de la misma forma de un libro digital, por razones técnicas (DRM) y legales (que no entraré aquí a comentar).
Pero el DRM tiene otro uso que no suele mencionarse: evitar que los compradores de los libros hagan copias y las compartan con otros lectores, lo que les convertiría en piratas. En un lenguaje más feudal, el DRM es una especie de cinturón de castidad que protege la virtud del comprador apartándole de la tentación de la copia ilegal. Todos somos piratas mientras no se demuestre lo contrario.
Pero, como dice Porter Anderson en su último post en Publishing Perspectives, no es normal que los editores reconozcan abiertamente esta segunda utilidad del DRM (la primera es proteger los libros digitales de los piratas-piratas, los que nunca han pagado por un libro). A los editores no les gusta nada hablar de esa segunda utilidad del DRM, lo que es muy lógico, teniendo en cuenta la cantidad de claroscuros legales que hay aún en los derechos del comprador y lector de libros digitales.
Por eso sorprende encontrar declaraciones como la de la CEO de Little, Brown, Ursula Mackenzie, para The Bookseller el pasado agosto:
Sabemos perfectamente que el DRM no desmotiva a ciertos piratas ni a aquellos que son tan sofisticados como para descargarse un software para quitar el DRM. El punto principal es que estamos a favor del DRM porque impide que se compartan archivos entre la masa de lectores, esos que son tan valiosos para nosotros y nuestros autores.
A esas alturas ya se ha demostrado ampliamente que el DRM no es un impedimento para la piratería, que quien quiere leer sin pagar puede hacerlo con un esfuerzo mínimo. Entiendo perfectamente los temores de los editores ante la posibilidad de un mal uso de los archivos vendidos, pero presuponer que todos sus lectores son potenciales delincuentes no va a mejorar su cuenta de resultados.
Sería conveniente que editores, lectores y gobierno se reunieran para establecer un marco legal que regulara esos claroscuros legales que mencionaba más arriba; que se definiera, entre otras cosas, dónde está el límite de los derechos de autor y dónde se encuentra el de los derechos del lector. Ya sé que es utópico, pero por pedir que no quede.
P.S. El título de este post es una cita del mencionado artículo de Porter Anderson, Ether for Authors: The Author Solutions Lawsuit
Valentín Pérez dice
Seguro que muchos editores también querrían que los libros en papel no se prestaran a los amigos.
Pablo Bouvier dice
¿Desde cuando es piratería pretar un libro que es de mi propiedad? Es como si yo no pudiese invitar a mi casa a quien se me antoje que para eso la he pagado.
Lo que pasa es que son unos vagos sinvergüenzas que quieren vivir del cuento sin pegar un palo al gua. ¿Verdad que si voy al mercado no pago dos veces por la misma patata? Pues, hála a currar un poquito más y a decir menos toneterías…
Hitótibo Studio dice
Muy buen post.
Como lector de libros, digitales y analógicos y escritor de material digital, creo que el mayor problema que tenemos entre manos es la lectura en sí.
Está claro que a los editores de contenidos digitales no les interesa en absoluto que los libros se copien pero… ¿Van a evitarlo con esto? No. Lo único que van a conseguir es intentar «exprimir» un poco más a los que realmente leemos.
Con este método, como dice Pablo Bouvier, pretenden que «no invites a nadie a tu casa»; pero les va a salir mal, porque si tengo que comprar el libro tres veces para poder leerlo, dejárselo a mi hijo y prestárselo a un amigo, casi que me compro el ejemplar en papel y las editoriales digitales, que les den…… eso, o peor: «si me van a dar tanto la vara, casi que me lo descargo pirata» y entonces sí que les sale el tiro totalmente por la culata.
Si os digo la verdad. Estaba pensando buscar una editorial digital para un libro que estoy escribiendo ahora y creo que, no sólo me lo voy a autoeditar (que para eso también sé diseño), sino que además me lo voy a publicar GRA-TIS
eL CHico que Escribe dice
Me parecen preocupantes las supuestas medidas anti-piratería que se están adoptando en todos los campos donde la creatividad es el factor más importante, ya sean libros, películas o juegos. Es bastante obvio que medidas como los DRM no funcionan en la práctica, y la única medida de evitar el pirateo es ofrecer algo exclusivo a los compradores legales (esto lo están empezando a hacer algunos videojuegos), me explico, si me descargo un libro que se convierte en mi favorito y veo que si lo compro original voy a tener ciertos privilegios que no tendría habiéndolo descargado, existen más posibilidades de que decida comprarlo una vez leído por ejemplo acceso a una video-conferencia del autor o incluso la posibilidad de una entrevista masiva, cualquier pequeño detalle que añada valor a la compra. Aplicando esto, las descargas ilegales incluso serían beneficiosas para los autores, ya que son una buena forma de promoción y darse a conocer, y los verdaderos fieles seguirán prefiriendo gastarse un poco de dinero por obtener ese plus que no consiguen con el pirateado.
Otro gran problema que veo, es el excesivo margen de beneficio que se llevan las editoriales y los distribuidores, hace poco leí que los autores se llevan poco más del 10% del precio final de sus libros. ¿Estamos locos? Si editoriales y distribuidores se apretaran un poco más el cinturón, sería bastante fácil reducir el precio, y obviamente esto incentivará la compra de originales.
Esto es solo mi opinión. Buen post y un saludo.
yoprogramo dice
El DRM en los libros digitales actuales no sirve para nada más que eliminar derechos de los compradores legítimos y hacer que sea más interesante bajarse la versión desprotegida que comprar la que ofrecen los editores. En cualquier caso los autores no se ven afectados, es un problema meramente de editoriales y sus márgenes. A los autores les interesa llegar a cuanto más público mejor y tener una forma de poder ser retribuido por sus lectores, evitar la distribución ni les beneficia ni va a generar más ventas… Como me reconocía un editor: «el DRM no reduce las descargas, reduce las ventas»
Daniel Hurtado Brenner dice
Pero hay aun una razón que no se dice y que la ocultan los distribuidores: con el DRM impides que los autores y los editores puedan entregar sus libros libremente a una libreria de ebooks: debes hacerlo a través de una distribuidora quien es quien tiene el DRM. Muchos confunden esto como una protección del ebook incluso al momento del almacenaje, antes de la compra, cosa que es falso.
David dice
No estoy de acuerdo con lo que decis de que un DRM es o no un impedimento para la piratería. Yo tengo manuales en inglés colgados de mi página web y uso un DRM para controlar su uso. En principio no he tenido problemas de pirateo ni tampoco de usuarios que no quieran usarlos.
Yo como autor de estos manuales necesito de algo para no perder mis documentos por la red. Ahora uso Prot-On y de momento doy un ok a un DRM
Tony Socias dice
Un saludo a la Comunidad. Hoy me estreno por estos lares. Hace tiempo que no confío en editores ni distribuidores. Si edito un libro lo edito por mis propios medios. Al final, el mejor resultado viene cuando actúas como un autor de perfil todoterreno. Hay que invertir en el producto, ser tu y no un editor en tu lugar quien se comprometa con los lectores y apostar por un precio que aunque bajo, otorgue a la mayoría de lectores de buena fe a dar por bueno un precio cuyo objetivo no es inflar el precio, sino confiar en la fuerza del alcance en cuya promoción has invertido. Redes sociales, Google Adwords, etc. He hecho pruebas de alcance con obras de amigos y piezas musicales. Por muy poco dinero conseguí alcances de decenas y cientos de miles cuyo uno o dos por ciento de conversión habría supuesto un sueldo de un mes entero en un sólo día. El coste queda reducido al tiempo invertido en su creación pero no hay otro editor que tu y tus recursos ni distribuidor. Facebook, Twitter y Google Adwords tienen tarifas cerradas. Eso te permite acotar el riesgo y evitar invertir un dineral en integrar una plataforma en tu sitio ya que Facebook puede cobrarte un 25% sobre el pre
Juan Luis Martínez dice
Buenas opiniones. Es necesario dar al producto su verdadero valor, ese que implica años de estudio y profesión que pone el autor en lo que escribe. Eso tiene valor que el autor espera sea compensado. Mi biblioteca es amplia en el tema que manejo y no ando prestándolos a cualquiera, sí lo hago ocasionalmente. ¿Cuál es la razón para divulgar algo que finalmente perjudica e irrespeta a un escritor. Estoy escribiendo un libro producto de 50 años de trabajo y estudio, ¿es justo que se piratee mi trabajo? Todos sabemos exactamente qué es la piratería. Saludos a todos.