Os presentamos Dead Drops, una propuesta artística y tecnológica del artista alemán Aram Bartholl, que tiene como objetivo compartir archivos digitales de forma anónima, P2P, pero sin conexión a internet. La propuesta se realiza mediante lápices de memoria USB empotrados en puntos accesibles del espacio público de las ciudades, básicamente muros. El usuario sólo tiene que enchufar su portátil al USB de la pared y descargarse los archivos (canciones, vídeos, imágenes, webs, documentos, todo lo que la gente quiera compartir).
Este proyecto, abierto a todos, se presentó el pasado mes de octubre en Nueva York, y desde entonces ya tiene cerca de 300 lápices de memoria esparcidos por todo el mundo, entre las que uno en Barcelona (frente al teatro del Auditorio, en la calle Padilla con la Meridiana). En este vídeo a continuación se explica cómo y dónde instalar los USB.
Dead Drops es un término que proviene del espionaje, y se refiere a los «buzones muertos», el espacio que utilizan los espías para intercambiar mensajes u objetos secretos, evitando encuentros físicos, en contraposición con Live Drops, cuando los agentes se encuentran para intercambiar información.
En el manifiesto de Bartholl podemos leer:
En una época de nubes en crecimiento y dispositivos sofisticados sin acceso a archivos locales, necesitamos repensar la libertad y la distribución de los datos.
Todos los proyectos de este artista quieren reflejar el impacto de las tecnologías digitales en nuestra vida diaria, y lo hace trasladando objetos que provienen del ciberespacio al mundo real. De esta manera, pretende cuestionar el poder de las nuevas estructuras sobre la información y la libertad.
Iolanda Bethencourt
Dead Drops, del núvol al ciment
Carlos dice
¡Fabuloso!