El sector del libro infantil y juvenil movió en EEUU en 2010 30.800 millones de dólares. Alrededor del 13% de esta cifra se originó gracias a la venta de libros digitales juveniles, y un 11% gracias a las ventas de libros digitales infantiles. Pero el mercado de libros digitales infantiles y juveniles no se enfrenta a los mismos retos que el mercado de los libros digitales para adultos, según dos encuestas en línea realizadas en octubre y noviembre de 2010 por RR Bowker a través de PubTrack (una empresa que realiza encuestas semanales a un grupo de 20.000 consumidores habituales). En esta ocasión, los encuestados fueron 1.000 padres de niños de 0 a 12 años, y otros 1.000 de niños de13 a 17 años de edad.
Las conclusiones se presentaron en la conferencia que, durante la DBW, Publishers Lunch dedicó a la literatura infantil y juvenil bajo el título Children’s Publishing Goes Digital.
Respecto al mercado de libros digitales infantiles de 0 a 12 años
– Las librerías físicas siguen siendo el principal lugar de descubrimiento de libros infantiles, y más del 85 % de los libros infantiles se compran por impulso.
– No hay nada que influya más en la compra que el libro que pide el niño al verlo en la tienda: un 52 % de los libros comprados responde a la demanda del niño. En el caso digital, es una prueba más de que la brecha digital generacional se está cerrando y de que los padres comparten los dispositivos digitales con sus hijos y prestan mucha atención y escuchan lo que les gusta a sus hijos
– El 27% de los niños en esta encuesta tienen su propio ordenador; el 25 % posee un iPhone; el 12 % tiene un iPod Touch; un 7 %, un e-reader propio, y un 4 % posee un iPhone [supongo que se refiere a un iPad, pero en la fuente original consta iPhone duplicado]. Normalmente, según esta encuesta, los hogares más tecnificados son los que tienen mejor índice de lectura.
– Los entrevistados en una encuesta a principios de 2011 dijeron que sólo el 37 % de los libros infantiles que tenían en sus casas eran nuevos, frente al 34 % que tenían de segunda mano; el 17 % los habían recibido como regalo, y un 9 % eran procedentes de préstamo bibliotecario. Todavía es prácticamente imposible comprar un libro digital usado o «transmitirlo», y el e-préstamo de libros digitales a través de la biblioteca se encuentra en una fase muy temprana. Éste va a ser uno de los desafíos de los libros electrónicos.
– Cerca de dos tercios de los padres que compran libros infantiles quieren ver los libros identificados por nivel edad o nivel de lectura. Muchos libros infantiles impresos se identifican de esta manera, y a ello están acostumbrados los padres, razón por la cual los editores deben asegurarse de que en su estrategia digital se incluyan indicadores del nivel de lectura en digital y para poder comunicar en los libros. Sin esa información los padres no comprarán los libros digitales.
– El 75 % de los padres encuestados todavía no se ha comprado un libro digital, pero de ese grupo el 56 % dijo que es probable que comience a leer en digital «pronto». Debido a la tendencia en las familias a compartir dispositivos y tecnología, los niños son más propensos a empezar a leer los libros digitales cuando lo hacen sus padres.
– Los niños y los padres tienen actitudes diferentes acerca de los libros digitales. Dos tercios de los padres encuestados piensan que es mejor para sus hijos a leer libros en papel porque les ayuda a centrar la atención, y afirman que los niños prefieren el aspecto y el tacto del libro impreso. Sin embargo, a los niños entre 7 y 12 años encuestados no parecen importarles el aspecto y el tacto de los libros digitales: dicen los libros digitales son «divertidos y guays», cuestan menos y les incitan a leer más.
Respecto al mercado del libro digital para jóvenes de 13 a 17 años
– Los adolescentes van con más retraso que todos los demás grupos de edad en la adopción del libro digital. El 66 % de los encuestados de 13 a 17 años dicen que prefieren los libros impresos a los libros digitales; el 26 % dice que no tiene ninguna preferencia, y sólo el 8 % prefiere los libros digitales.
– Una de las razones para esta resistencia en los adolescentes está en el uso de la tecnología social para conversar y compartir cosas con sus amigos: los libros digitales no son actualmente una tecnología social. Un número creciente de los adolescentes encuestados dice que hay demasiadas restricciones en el uso de los libros digitales: un 14 % en el año 2011, en comparación con un 6 % en 2010.
– No hay que dejarse engañar por libros para jóvenes y adultos, como los que forman la trilogía de Los Juegos del Hambre, que aparecen en la lista de ebooks más vendidos: los adultos forman una parte muy grande de la audiencia de estos libros destinados una franja amplia de edad. El 28 % de las ventas de libros impresos de este rango, y el 32 % de estos en versión digital, provienen de compradores de entre 30 y 44 años de edad. El grupo más numeroso de compradores de libros para jóvenes y adultos es el de 18 a 29 años, representado el 31 % de las ventas en papel y el 35 % en digital.
– Los adolescentes (al igual que otros grupos de edad) dicen que la principal barrera para la lectura en dispositivos móviles es el tamaño de la pantalla.
– Los productos Apple son el formato preferido por los adolescentes; en cuanto a dispositivos, la mayoría de los adolescentes encuestados tienen el iPod Touch, seguido por el iPhone y el iPad.
– El 60 % de los adolescentes dice que la tecnología les suele llegar de la mano de sus padres, por lo que las encuestas que se hagan después de las vacaciones probablemente mostrarán más jóvenes en posesión de ereaders (si sus padres se los regalaron en navidad).
– Puesto que los adolescentes pasan mucho tiempo conectados a la red, ahí es donde los editores deberían contactar con ellos: los adolescentes tienen más probabilidades de descubrir un libro comprarlo a través de una red social que cualquier otro grupo de edad.
Un último dato relativo a los precios:
En el 3er trimestre de 2011, el precio medio de un libro digital para jóvenes y adultos era de 4,72 dólares, mientras que uno impreso en tapa dura costaba 11,41 dólares, y 7,43 dólares uno en rústica. El precio medio de los eBooks infantiles era 4,57 dólares, en comparación con los 10,22 que costaban los de tapa dura y los 8,29 dólares los libros en rústica.
Vía PaidContent
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