Uno de los factores más relevantes a la hora de tomar una decisión de compra es la información que nuestro entorno nos aporta acerca de lo que queremos comprar. Y cuando la información viene de alguien en cuyo criterio confiamos se convierte entonces en una recomendación que tendrá mucho peso en nuestra decisión.
Como hemos apuntado últimamente en varios posts, las recomendaciones (y, por contraposición, las advertencias) van a desempeñar un papel relevante como forma de prescripción en Internet. Y, por lo tanto, se va a potenciar una figura emergente, genuino producto de la web 2.0: el prescriptor o recomendador.
En el sector editorial, un prescriptor es una persona cuyas opiniones sobre libros y autores tienen un peso fundamental para los lectores. Pueden encontrarse al timón de una bitácora sobre literatura, entre los lectores de una red de recomendación de lecturas o tras un perfil no especializado en una red generalista como Facebook. Estén donde estén, la reputación de estos amantes de la lectura hace que sus opiniones motiven la compra y lectura de un libro entre los que los siguen (o todo lo contrario).
Los directivos de Amazon, conscientes desde hace tiempo del poder de las recomendaciones, llevan años incorporando sugerencias de compra junto a las fichas de los libros mostrados en su web. La frase “Los que compraron este libro también compraron estos otros” ha proporcionado buenos beneficios a esta librería, demostrando la importancia del factor humano en un proceso tan aséptico como la compra on line.
La influencia de un prescriptor con reputación fue también una de las razones para desarrollar el programa de afiliación Amazon Associates, a través del cual la librería facilita a los afiliados poner banners que enlacen con sus productos preferidos en Amazon, pagándoles un 15% del precio de dicho producto si alguien compra gracias a su link. Es decir, convirtiendo a los prescriptores/recomendadores en vendedores.
En esta inteligente línea de acercar el libro al lector por todos los cauces posibles, Amazon Associates ha incorporado una nueva funcionalidad: la integración con Twitter (“Share on Twitter” – Comparte en Twitter). A partir de ahora, los usuarios afiliados podrán compartir los libros de Amazon con sus seguidores en Twitter. Bastará con hacer clic en un nuevo botón en la barra de herramientas de Amazon, y se generará automáticamente un tweet completo con el link acortado incluido. Pero, además, si los seguidores en Twitter clican en ese link y compran el libro sugerido, Amazon pagará al twittero un tanto por ciento del valor de compra.
Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento, para Amazon y para el prescriptor.
Iniciativas como ésta podrían abrir un nueva puerta a la colaboración lector-editor-librero, sin embargo, nos tememos que su uso indiscriminado por parte de los prescriptores podría acabar suponiendo el descrédito de las recomendaciones. Si yo, lector, sé que X cobra si compro un libro a través de su recomendación ¿cómo se me garantiza que su opinión al respecto es válida y sincera? ¿Cómo sé que no está movida por el interés?
La duda está servida y, con ella, la pérdida de la confianza, indispensable para que el sistema de las recomendaciones funcione.
jose garcia fuentes dice
totalmente de acuerdo, has puesto el dedo en la llaga, siempre que haya algún tipo de interés económico, por mínimo que sea, las recomendaciones pierden objetividad y valor. Desde quelibroleo.com apostamos por recomendaciones sin ánimo de lucro que, por decirlo sin rodeos, ni nos dan de comer a nosotros ni a nuestros usuarios, pero al menos contribuimos en la medida de nuestras escasísimas posibilidades a que se lea un poquito más y un poquito mejor. Si por el camino conseguimos que un no lector se convierta en lector, nos sentimos recompensados.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
José García
quelibroleo.com