Hace unas semanas, Google anunció el lanzamiento de Recipe View, un buscador especializado en recetas de cocina. Su novedad está en que facilita hacer las prospecciones de recetas desde varios criterios de búsqueda, a través de un filtro que permite refinarlas por tiempo de cocción, combinación de ingredientes o número de calorías.
Pero ¿significa eso que las arañas de Google van a ser capaces de encontrar todas las recetas y detectar cada una de esas opciones de búsqueda? Evidentemente, no. Google es bueno, pero no tanto. Las arañas del buscador necesitan que se les facilite esta tarea especializada, y la ayuda que precisan ha de venir de los creadores de contenido, que deberán integrar en sus recetas de cocina un código cuyas etiquetas les darán las pistas para la búsqueda.
Es decir, si tienes una web o blog de recetas de cocina y quieres que el buscador Recipe View las integre entre sus resultados de búsqueda, vas a tener que escribirlas en HTLM como a Google le gusta, que es etiquetándolas según el microformato hRecipe.
Y aquí es a donde quería ir a parar, a las ventajas y bondades de los Microformatos, una de las claves que están propiciando la transición a la web semántica o web 3.0.
Un microformato es una forma simple de agregar significado semántico a un contenido que un humano puede entender por su contexto mientras que para una máquina es texto plano. Os copio la explicación algo más amplia sobre su significado y utilidad que da el blog Hello Google
Técnicamente no son más que trozos de código (X)HTML enriquecidos con una serie de atributos o clases CSS para identificar el contenido. Pero en realidad son algo más. Estamos hablando de proporcionar significado semántico a un contenido que para las personas es legible y entendible, pero que para las máquinas no es más que texto puro y duro.
Todo esto se inició allá por el 2006, en una conferencia de las buenas gentes de Technorati. Allí presentaron una forma fácil y rápida de facilitarles el trabajo, que no es otra que marcar con ciertas etiquetas la información relevante de nuestros blogs (en este caso), para que ellos pudieran presentarla mejor en su página. La explicación entusiasmó a la concurrencia, y otros indexadores de contenidos vieron en ella un filón. Google sin ir más lejos entendió que debía aprovechar esta nueva forma de presentar la información.
Su función es la de dar valor semántico al contenido de nuestras páginas. Esto provoca que tanto los buscadores, como los agregadores de contenidos o cualquier herramienta capaz de rastrear nuestro código, sepan distinguir la naturaleza de un contenido. Si estamos presentando un curriculum, indicando una ubicación geográfica, haciendo una crítica o comentario de un producto, etc…
Un ejemplo muy claro que pone Wikipedia: en el texto «Las aves anidaron en 52.48,-1.89», los números pueden ser entendidos por el ser humano, de acuerdo con el contexto, como coordenadas geográficas. Pero el significado de estos números puede que no quede tan claro para los buscadores. Sin embargo, si los acotamos con spans (u otros elementos HTML) con los nombres de clase específicos del microformato geo (en este caso «geo
, latitud
y longitud"
) de esta manera:
…se puede decir a las máquinas exactamente qué representa cada valor, y se puede realizar una variedad de tareas tales como indexarlos, buscarlos en un mapa y exportarlos a un dispositivo GPS. Útil, ¿no?
La mayoría de los microformatos han sido creados en el wiki de microformats.org y sus listas de correo, por medio del análisis de usos actuales hechos por los desarrolladores de contenidos, y están a disposición de cualquiera que quiera usarlos, entre otras cosas porque lo contrario sería un sinsentido. En el caso de las recetas de cocina, iRecipe ha sido creado por el propio Google, y será de gran utilidad para aquellos que tengan entre sus modelos de negocio la creación de este tipo de contenidos de consumo en Internet.
¿Y qué son los editores sino creadores de contenido?
Las posibilidades que los microdatos y microformatos tienen para los editores son enormes, y aún están por mostrarse en su totalidad. Un vistazo a todo lo expuesto hasta ahora y a la última iniciativa de Google ya puede darnos una primera pista: etiquetando bien sus contenidos el editor va a tener más capacidad de posicionarlos mejor, de darles mayor visibilidad y de acercarse a públicos nuevos hasta el momento inaccesibles para él.
Como para no tenerlos en cuenta.
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