En el marco de la Feria del Libro de Madrid que se celebra hasta el próximo domingo 14 de junio, en el Instituto Cervantes de Madrid se llevó a cabo el simposio Traducir Europa. Aprovechando el evento, el diario El País les pidió a los importantes traductores españoles María Teresa Gallego Urrutia, José Luis López Muñoz y Miguel Sáenz que en una breve charla expresaran algunas opiniones con respecto a ciertos aspectos de su oficio.
(Imagen tomada del artículo «Los traductores levantan la voz»)
En su artículo «Los traductores levantan la voz» el diario El País recoge algunos de los puntos de vista que estos tres reconocidos profesionales expresaron con respecto al ejercicio de su oficio. A continuación citamos los que nos parecieron más importantes:
El 90% de los traductores tiene otro oficio, algo que les obliga a una doble jornada. La traducción literaria no es rentable. Lo bueno es que puedes elegir lo que traduces (Miguel Sáenz).
Hay estudios que demuestran que es ínfimo el coste de una traducción bien pagada en el precio general de un libro. O sea, no pagan mal para ahorrar, sino porque nos desprecian (María Teresa Gallego).
La actitud cambiará cuando los lectores protesten por la calidad de las traducciones. Aquí todo el mundo se queja pero nadie protesta (José Luis López Muñoz).
En estas tres intervenciones María Teresa Gallego Urrutia, José Luis López Muñoz y Miguel Sáenz se refieren a dos cuestiones críticas sobre las que hemos llamado la atención en varias ocasiones: en primer lugar, la valoración y el reconocimiento del trabajo del traductor; y, en segundo lugar, la calidad de las traducciones.
Nos parece clave que un medio generalista de la importancia de El País le dé visibilidad a uno de esos oficios fundamentales de la cadena de producción editorial con los que el lector final rara vez tiene la oportunidad de entrar en contacto. Esperamos que algún día no muy lejano les toque el turno a los diseñadores, correctores, ilustradores, comerciales y a todos los demás profesionales que participan en la cadena de valor del libro.
Elena dice
¿Qué opinan los traductores?
Salvo excepciones, nada.
Saludos
ediciona3 dice
Hola, Elena.
¿A qué te refieres, a que como profesionales no se plantean muchas preguntas y a que su actitud tiende a ser más bien pasiva o apática?
Algunas precisiones más explícitas podrían suscitar una discusión bastante interesante…
Un saludo del equipo de Ediciona.
Elena dice
El traductor de a pie generalmente es pasivo. Claro que si reclama mejoras en las tarifas suele recibir un «es lo que hay» como respuesta, y esto enlaza con el comentario de María Teresa Gallego sobre el desprecio hacia los traductores. Me refiero en general, hay casos particulares en los que por el contrario se los cuida.
También estoy de acuerdo con José Luis López Muñoz sobre la calidad de las traducciones, en muchas ocasiones dificultadas por las prisas en programaciones muy apretadas.
Saludos
ediciona3 dice
Elena, completamente de acuerdo con tu apreciación.
¿Será que la pasividad de los traductores tiene que ver con el hecho de que la realización de su trabajo les exige un cierto aislamiento, por lo cual tienden a convertirse en personas más bien individualistas?
Suponemos que la subvaloración y el escaso reconocimiento de su trabajo también deben generar una cierta apatía en ellos.
En fin, quienes ejercen el oficio deben conocer mejor que nosotros la situación. Esperemos que ellos también contribuyan a enriquecer esta discusión.
Otro saludo del equipo de Ediciona.
Elena dice
Cierto, Ediciona3, el aislamiento puede ser una de las causas, así como la subvaloración y el escaso reconocimiento, que pueden provocar falta de entusiasmo y desgana a la hora de unirse y hacer presión.
Espremos que la cosa cambie.
Saludos
ediciona3 dice
Y contribuyamos a propiciar ese cambio tan necesario hablando del oficio del traductor y dándole visibilidad a su trabajo…
El cambio debe ser el resultado de un esfuerzo colectivo, promovido no sólo por los traductores mismos sino también por los demás actores del sector.
Saludos para ti también.
chinca c. salas r dice
Herramienta útil el traductor, aun cuando al transferirle a otro idioma se pierde algo de su esencia sea por lengua original con modismos, lengua coloquial donde el traductor no maneja el idioma del coloquio muy usado en caseríos recónditos, le vemos como un factor relevante sobre el tema literario, importante levantar la cabeza para liberar la garganta y dejar fluir los sonidos, poder escuchar sentidamente el idioma, algunas veces se presta a doble interpretación, oficio caro, el cual siempre he considerado que debe de ser bien remunerado por el trabajo que este conlleva.
Los que colocan etiquetas de desprecio como una manera de descalificar es porque no conocen la labor literaria, lo intrincado de su ejercicio en la traducción, investigación sobre el origen y significado diverso sobre una palabra que en el país de origen significa muchísimas cosas o es parte de un simbolismo del mismo lenguaje coloquial, en el trabajo editorial es necesario ver la importancia del respeto a las palabras de índole nativo; recuerdo a Miguel Ángel Asturias con adjetivos muy propio del lugar donde se desarrolla el argumento, sonetos que conservan la estructura y sonidos, vemos lo rico en la conservación del lenguaje sin traducción, siempre le admirado por ese empuje del patrocinio de la tierra para llenarnos de sabiduría, respeto hacia esos seres que realizan ese trabajo difícil donde muchas palabras se deben de dejar como son desde la raíz del idioma.-Chinca Salas-