En una entrada del blog The Millions titulada «Finding Indie Opportunity on The Kindle» leíamos el pasado lunes 18 de mayo una anécdota del escritor Bryan Gilmer, quien tras publicar en papel su novela Felonious Jazz a través de la plataforma de autoedición CreateSpace sacó una versión de ésta para Kindle utilizando la Digital Text Platform de Amazon. Gilmer explica de la siguiente manera lo que sucedió con su novela una vez puso a disposición del público su edición para Kindle:
Mi edición para Kindle estaba disponible el pasado lunes a $7.99, así que lo anuncié en un par de mensajes en el tablón de anuncios. El miércoles había vendido una copia. ¡Una! Las respuestas a mis mensajes decían ‘si quieres que probemos a un nuevo autor, danos un precio realmente bajo. Esto generará ventas y reseñas’. Entonces el jueves en la mañana bajé el precio a $1.99 y lo publiqué en el mismo espacio. Lo que pasó a continuación es bastante llamativo:
Hacia las 5.00 p.m. del viernes —cerca de 36 horas más tarde— Felonious Jazz era el número uno en ventas de libros de misterio puro en la Amazon Kindle Store y ocupaba el puesto 17 en el listado de los más vendidos en la franja de misterio y thrillers —siendo el único título del top 25 cuyo autor no era una gran figura como John Sandford, Michael Connelly y Elmore Leonard—. En las ventas globales de Kindle ocupó el lugar 133 entre los más de 283.000 títulos de ficción y no ficción disponibles en la Amazon Kindle Store.
Una vez la edición para Kindle de su novela alcanzó un cierto nivel de ventas, Gilmer decidió subir a $4.99 el precio de ésta. Sin invertir un solo dólar en el diseño y la ejecución de una campaña de marketing Gilmer consiguió darle visibilidad a su novela y posicionarla entre aquellos usuarios de Amazon que son fanáticos del trhiller. Eso sí, a costa de reducir notablemente su margen de ganancia por lo menos durante un tiempo.
La experiencia de Gilmer nos suscita varias preguntas: ¿como lectores cuánto estamos dispuestos a pagar por un e-book? ¿Seguimos creyendo que todo aquello que se ofrece a través de Internet debe ser gratuito o por lo menos costarnos casi nada? ¿Hasta dónde es aceptable reducir el precio de un e-book para hacer que el público esté dispuesto a comprarlo? ¿En qué momento nos salimos de la frontera de las buenas prácticas a la hora de promocionar un libro para posicionarlo en el mercado?
Al final llegamos a la pregunta que los interesados en los contenidos digitales llevamos meses planteándonos y que hasta ahora nadie ha conseguido responder: ¿cuál es el precio de un e-book y cuáles criterios debemos utilizar para establecerlo?
¡Qué pregunta! Cuando encuentren la respuesta por favor háganmelo saber. Y gracias por la valiosa información que publican.
Un abrazo,
Alejandra
Alejandra, en cuanto tengamos alguna pista al respecto os lo haremos saber a ti y a nuestros demás lectores.
Nos entusiasma mucho que el trabajo que hacemos te parezca interesante. Y esperamos que te lo siga pareciendo.
Gracias por tu comentario.
Un saludo del equipo de Ediciona.
Como editor independiente creo que se tendrá que mejorar mucho las cosas para ofrecer el e-book con garantías y evitar el fraude y la cantidad de autores que no pasan por un editor antes de publicar un libro.
En mi empresa estamos estudiando muy seriamente este sistema electrónico porque no queremos quedarnos atrás, pero por otra parte, soy de los románticos que piensan que el libro nunca morirá, y que seguirá vendiéndose conjuntamente con los e-books, porque es difícil desbancar el papel que tan buenos resultados ha dado en la historia.
Los pergaminos aún existen y se conservan durante muchos siglos, pero nunca nos han dicho que el sistema digital se pueda conservar para siempre, porque los datos se pueden borrar y los cd romperse. Hay que estudiar las ventajas y los inconvenientes de este sistema.
Saludos.
También nosotros creemos que el libro no morirá, Carlos, convivirá pacíficamente con el libro digital, adoptando el papel que le otorguen los lectores, que serán los que finalmente decidirán sobre su futuro.
Lo que no se puede es negar la evidencia de que la digitalización de contenidos ya es una realidad, no una simple moda.
Hola, Carlos.
Tu comentario nos ha parecido bastante interesante porque refleja la situación en la que actualmente se encuentran muchas personas y empresas del sector.
Sin lugar a dudas la digitalización es un proceso que debe hacerse con cuidado justamente para garantizar al largo plazo la supervivencia tanto de los contenidos como de quienes los producen y gestionan. Es decir, que antes de pasar del papel a lo digital debemos hacer una reflexión que tenga en cuenta por qué, para qué, cuándo y cómo hacerlo porque de lo contrario corremos el riesgo de perder el norte.
Conclusión: queremos libros en papel y también queremos e-books pero para que esto sea posible es necesario que como profesionales pensemos cuál es la mejor manera de proceder para que ambos soporte convivan y se complementen entre sí.
Desde Ediciona te enviamos un saludo y te deseamos un buen fin de semana.
Yo soy de los que piensa que, en el momento actual, son los fabricantes de «readers» y las editoriales los que estamos intentando «crear la necesidad», ya que a día de hoy no hay una masa crítica de usuarios suficiente que sustente un modelo de negocio en torno al libro electrónico. Eso explica, que en estos momentos, la fijación del precio sea tan «voluble» y que todas las editoriales estemos dando palos de ciego…
Otro aspecto a considerar es el lastre que representa, en algunos casos, la canibalización del negocio tradicional por la expectativa de caída de ventas de la versión papel de la obra. Todo ello lleva a que muchas editoriales vivamos inmersas en la contradicción que representa, por una parte, el deseo de abrazar al libro electrónico y, por otra, el temor a acabar disparándonos en el pie.
Respecto a la evolución de los modelos de precio, parece claro que la regla general es que cuando un nuevo producto irrumpe en el mercado, lo hace partiendo de un precio que va a ir de más a menos. Sin embargo, mucho me temo que con el libro electrónico -me refiero a contenidos y no a readers-, la tendencia se invertirá y deberemos derribar barreras de entrada partiendo de precios mucho más bajos de los que la industria editorial «hoy» considera razonables…
Saludos,
Santi, sin lugar a dudas eso que llamas «la creación de la necesidad» es fundamental para que emerja un mercado en torno a un producto o servicio. Sólo cuando se definan unos estándares técnicos, se establezca un modelo de negocio y haya una oferta de contenidos amplia será posible que los e-books tengan una alta penetración en nuestro medio y el sector en su conjunto tendrá los elementos necesarios para definir claramente el precio de éstos.
En el foro que organizó Publidisa en Madrid hace un par de semanas hubo un consenso con respecto a que el e-book no canibaliza al libro en papel. Al menos eso aseguraron editores tradicionales que han empezado a editar en digital. Se trata de dos productos afines pero distintos que no se excluyen mutuamente, que conviven, y en un momento dado cada lector se inclinará hacia uno u otro según sus necesidades puntuales de ese momento.
Muchas gracias por el valioso aporte que nos haces en tu comentario.
Un saludo del equipo de Ediciona.