El pasado 19 de diciembre, un lector escribía a la sección de cartas el director de La Vanguardia sobre el reciclaje de libros por parte de las bibliotecas. El hombre se mostraba pasmado e indignado por la cantidad de libros que la biblioteca de su localidad condenaba a la destrucción y que aparecían desparramados en un centro de reciclaje. Para colmo, las normas de dicho centro le habían impedido indultar los ejemplares que más le interesaban y llevárselos consigo.
La respuesta del servicio de bibliotecas de la Diputación de Barcelona gira entorno a esas 60.000 novedades anuales que publican las editoriales españolas: para dar acogida a unos libros es necesario deshacerse de otros, que se convierten en «libros sobrantes». Algunos de ellos suelen ofrecerse a «otras bibliotecas o entidades sociales», pero se destruyen/reciclan aquellos cuyo contenido queda obsoleto y son relevados por nuevas ediciones.
Está claro que las Bibliotecas son, junto a las librerías, uno de los grandes perjudicados por la sobre producción editorial, que disponen de un espacio físico limitado o muy limitado, y que tienen que tomar drásticas decisiones para poder ofrecer novedades a sus lectores. Las librerías optan por la devolución a las editoriales. Las bibliotecas tienen que recolocar los libros.
La Diputación de Barcelona suavizó el problema creando una red de bibliotecas en la que cada uno de los centros tiene unos «Fondos especiales» (especialidad temática, sobre personajes, bibliotecas de autor donadas a bibliotecas). La existencia de un catálogo colectivo on line facilita las búsquedas y da noticia sobre la disponibilidad de los libros. De esta forma, muchos libros que se hubieran visto abocados a la destrucción pueden ser recolocados por su especialidad.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando dicha especialización no existe y las entidades sociales y las pequeñas bibliotecas de los pueblos no quieren acoger los «libros sobrantes»? ¿Se destruyen junto a los obsoletos? Sabemos de editores que reciclan los libros por el alto coste que tiene enviarlos a países en vías de desarrollo (costes que ninguna entidad pública ni privada quiere subvencionar), ¿se encuentran las bibliotecas en una situación similar?
Y lo que más nos intriga: ¿Quién decide qué libro es «sobrante» y cuál no? ¿Existen criterios establecidos para clasificar los libros sobrantes? Está claro que gran parte de los libros que se publican sobran. Personalmente defenestraríamos (literalmente) muchos de ellos, pero seguro que alguien vería el montón acumulado bajo nuestra ventana y salvaría alguno de los títulos.
Por cierto, no se da respuesta a por qué la normativa de los centros de reciclaje impide dar a una segunda oportunidad a esos libros condenados.
Elena dice
¿Quién decide cuál libro es «sobrante» y cuál no?
¿Qué criterio se sigue?
¿Por qué no se permite salvar libros al vecino que está dispuesto a hacerlo?
Eso me pregunto yo también.
Produce una gran tristeza ver a veces contenedores con libros desechados, tirados de cualquier manera. Cuánto esfuerzo, trabajo, ilusión, imaginación… qué falta de respeto. Están allí quietos, en un silencio parecido al de los muertos.
Y en estas fiestas, a regalar libros, por favor. De nuevo o de viejo. De lujo o de bolsillo. Lo que vale es la letra que hay dentro.
Saludos
Ediciona dice
Es cierto, nunca se insistirá lo suficiente: REGALAD LIBROS
Ghazghkull dice
Sinceramente, con la cantidad de bibliotecas que ya están unidas al movimiento bookcrossing, no entiendo como pueden existir algunas que prefieran eliminarlos a donarlos al mundo :S
Lector dice
Sin meterme demasiado, pero parece que los libros que mandaron a reciclar son Atlas que han sido sustituidos por otros más actualizados, podría haber sido algo mucho más grave.
Elbereth dice
Las bibliotecas siguen normalmente una política de adquisición de documentos en la que se establece una política de expurgo.
Se establecen varios criterios para decidir que documentos merecen ser eliminados de la sala de consulta:
– Criterios objetivos el uso, la obsolescencia, la duplicidad y el estado físico.
– Criterios cualitativos: si son adecuados a la colección del centro, la calidad de la publicación i la actualidad.
Los encargados de realizar el expurgo son los bibliotecarios del centro, que mediante los criterios anteriormente descritos realizan esta tarea.
Andy dice
Como es posible personas que piensen asi, donde nuestra cultura se deriba de manuescritos, informacion plasmada en papel, pinturas, pergaminos y pasadas de generacion por generacion, personas que se interesan por saber que fue de una cultura de preservar dicha cultura. Saber de nuestra historia. Se que muchos no les interesa, pero existimos muchos que si deseamos tener ese concocimiento y poder aprender de la historia.
Sergio dice
Los centros de reciclaje no permite que se retiren esos libros de los contenedores porque para ellos suponen dinero, una vez procesados y convertidos en pasta de papel lista para la producción. Hay que recordar que la mayoría de centros de reciclaje son empresas privadas que disfrutan de una concesión por parte del ayuntamiento, diputación o comunidad autónoma en cada caso.
Habría que preguntarse cuál es el modelo de gestión de residuos que queremos en este país, así como el del resto de servicios públicos. La empresa privada nunca podrá perseguir los mismos objetivos que el sector público, es decir el equilibrio entre la eficiencia organizativa y la económica, el sector privado siempre dará prioridad a la económica.
LA dice
En la biblioteca central de Los Ángeles un grupo de voluntarios se encaraga de vender el último sábado de cada més (creo recordar) los libros retirados a las siguientes tarifas:
Libros tapa dura 0.5$
Libros tapa blanda 0.25$
Yo mismo compré hace un mes tres bolsas de libros por poco más de 2$
Saludos,
LA
unsiquiatra dice
Estos libros deberían regalarse nunca destruirse mientras alguien los quiera.
Por supuesto deberían pasarse a formato electrónico para poder recuperarlo más tarde si fuese necesario.
pacoasen dice
Existen miles de bibliotecas de barrios, centros privados, etc, ke no tienen libros, deberia repartirlos
Clic my name!;D
Ediciona dice
«Los Voluntarios de la Agrupación Juvenil de Protección Civil de San Javier comenzaron ayer en el Centro de Gestión de Residuos de Balsicas las tareas de selección y empaquetado de 1,5 toneladas de libros procedentes de la Biblioteca Regional de Murcia y de las diferentes consejerías, para su posterior envío a países de habla hispana como parte del Proyecto Libro 2008.»
Vía el diario La Verdad (Murcia) http://www.laverdad.es/murcia/20081227/region/preparan-envio-tonelada-media-20081227.html
Josep Vives dice
Hola,
El Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació de la Generalitat pone a disposición de todas las bibliotecas públicas de Catalunya su Central de Préstamo y Servicios Especiales (CEPSE). Las bibliotecas pueden enviar sus duplicados, libros obsoletos o de bajo interés a este centro en el que se realiza una selección de dichos fondos. Unos se incorporan a la coleccion de la CEPSE y pueden ser solicitados en préstamo por las bibliotecas, otros se destruyen (básicamente documentos en mal estado) y el resto de deja a disposición de instituciones (ONG, escuelas, etc.) que pueden pasar a seleccionar los que les interesan y llevárselos.
Saludos
Josep Vives
Subdirecció General de Bibliotecas
Departamento de Cultura y Medios de Comunicación
Generalitat de Cataluña
Ediciona dice
Le agradecemos la aclaración, señor Vives, y nos alegramos sinceramente de la existencia de CEPSE.
Un saludo
El equipo de Ediciona