A propósito de elecciones presidenciales estadounidenses, la edición de hoy martes 21 de octubre del diario francés Libération está dedicada en su totalidad a un número especial sobre la situación actual de los Estados Unidos titulado «Made in Usa». El especial aborda el momento actual de ese país desde perspectivas distintas como la competencia entre demócratas y republicanos, los ocho años de gobierno de George W. Bush, la actitud de los jóvenes frente a la política, la influencia de la religión en la vida de la gente del común, la situación de las tropas que están en Afganistán, la inmigración, la crisis económica y las expresiones culturales.
La contratapa de este número especial está dedicada al escritor Junot Díaz —nacido en República Dominicana y criado en los Estados Unidos, adonde llegó a los seis años—, de quien María Pía Mascaro hace un completo perfil. Resulta interesante el hecho de que entre todos los escritores estadounidenses cuyo trabajo habría podido destacar Libération haya escogido justamente a uno de origen latino que escribe en inglés.
Además de recibir los premios Pulitzer y del National Books Critics Circle por su primera novela —The Brief Wondrous Life of Oscar Wao [La maravillosa vida breve de Óscar Wao]—, Díaz ha sido comparado por The New York Review Books a Raymond Carver y tratado por la crítica como uno de los grandes autores estadounidenses de nuestra época.
Un aspecto del perfil de Díaz que nos llamó la atención tiene que ver con su identidad como inmigrante:
‘Aunque detesta ser catalogado como un «escritor hispano», Junot Díaz vuelve todo el tiempo sobre la inmigración. Sea ésta el tema de sus libros, el motor de su compromiso pedagógico o la fuente de sus quejas. «Recientemente The New York Review Books daba una lista de los cien mejores libros americanos del siglo pasado; ninguno había sido escrito por un inmigrante. En este país la inmigración sólo es reconocida cuando puede ser olvidada»‘.
El caso de Junot Díaz es interesante porque muestra cómo en los países en los que hay inmigración las segundas generaciones pueden llegar a conseguir integrarse a la sociedad receptora y llegar a tener el reconocimiento que muchas veces sólo se les suele dar a quienes tienen sus raíces en ella.
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